El cruce verbal que protagonizó ayer el presidente Tabaré Vázquez con varias personas que lo increparon a la salida de la sede del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, luego de su reunión con representantes de las gremiales agropecuarias y los productores autoconvocados, generó repercusiones en el exterior. Jóvenes universitarios de varios países calificaron a Vázquez de “la nueva esperanza de la izquierda y el genuino heredero de José Mujica”, y el cineasta Emir Kusturica anunció que hará una película sobre él. Aquí en Uruguay, varios dirigentes de la oposición sugirieron que se trató de una maniobra premeditada del mandatario para desviar la atención del asesinato de una empleada de un supermercado el sábado. Desde el entorno de Vázquez opinaron que “algo de eso hay”. “Claramente se trató de una puesta en escena para distraer la atención, pero no tuvo nada que ver con ningún asesinato. Lo que él quería evitar era que se hablara de la conferencia de prensa que dio un rato antes sobre el Mundial de 2030. Fue muy triste y quedó claro que eso no va a ningún lado. Era imperioso evitar que se hablara del tema”, afirmó un integrante del entorno cercano al mandatario. Justamente en relación a la posibilidad de que Uruguay coorganice el Mundial de ese año, el episodio de ayer generó repercusiones en el mundo del fútbol, concretamente entre las autoridades de la FIFA. “No tenemos ni la menor duda de que el señor presidente Tabaré Vázquez podría ser un excelente tesorero del evento, porque experiencia no le falta. Pero después de verlo discutiendo en plena calle, nos da la impresión de que para combatir a las barras bravas que son tan comunes en Uruguay, Argentina y Paraguay no sería una buena opción”, afirmó el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.

El dirigente explicó que dentro del análisis que hacen en el organismo sobre la capacidad de Uruguay para organizar un Mundial, se evaluó seriamente la posibilidad de que en 2030 Vázquez siga siendo el presidente.