La selección ya había empatado 0-0 con Venezuela –el cuco del torneo, ya que venía con el bicampeonato de 2014 y 2016–, le había ganado 3-1 a Bolivia, el rival más flojo, y se le vino arriba un doble desafío. En la tercera y cuarta etapa del grupo B, debía medirse con Paraguay y Chile, dos rivales fuertes. Los triunfos finales, en ambos casos 1-0, fueron plenamente justificados en el desarrollo del buen juego uruguayo. De esa forma, las celestes llegaron a los 10 puntos que les dieron el primer puesto del grupo y el pasaje al cuadrangular final. Allí debutarán, el miércoles, con Brasil, segundo del grupo A, para afrontar después una instancia muy exigente con partidos cada 48 horas. El viernes deberá medirse con Venezuela, para culminar el domingo 24 enfrentando a Colombia, la selección ganadora del otro grupo.

Como en Sucre

A partir del triunfo con Paraguay, a Uruguay le restaba jugar con Chile y el empate lo clasificaba a la ronda final de cuatro selecciones. La selección ganó, otra vez 1-0. El entrenador Ariel Longo decidió un solo cambio en relación con el partido anterior: Karol Bermúdez ingresó por la capitana Deyna Morales. El dominio fue celeste desde el comienzo. A los 31 minutos, Ángela Gómez, ganando un mano a mano de más de 20 metros y rematando desde la izquierda con muy poco ángulo, anotó el único tanto del partido que le dio la tercera victoria consecutiva al conjunto celeste en el estadio San Juan del Bicentenario. La jugada fue creada con aportes fundamentales de Domínguez y de la palmirense Esperanza Pizarro.

Uruguay neutralizó el juego chileno, y no tiraron al arco en todo el primer tiempo. La golera Brisa da Silva apareció a los 10 minutos del segundo tiempo: tapó con pie y cuerpo ante una delantera chilena que llegó sola a definir ante un error colectivo de la defensa. El resto del partido se jugó con ajetreo nervioso y cortado. Uruguay tenía la victoria y le servía el empate. Chile debía ir por el empate que aún no le serviría. El resultado se mantuvo para que las celestes festejaran con lógico entusiasmo su pasaje a la ronda final. De los cinco goles convertidos por la selección, cuatro fueron de Ángela Gómez (tres con Bolivia y uno con Chile) y el restante lo hizo Micaela Domínguez, contra Paraguay. Las dos juegan en Liverpool, el club que aportó más jugadoras a este plantel: seis.

El resultado final de la actuación en el grupo es muy similar al logrado por la selección sub 17 que jugó la tercera edición, la de 2012, jugada en la ciudad boliviana de Sucre. En aquel caso la selección llegó a los 12 puntos en el grupo, le ganó a Ecuador, Bolivia, Argentina y Perú. Luego, en el cuadrangular, venció a Colombia 2-1 y a Argenti- na 4-2, cayó apenas con Brasil 1-0 y se clasificó a la Copa del Mundo de Azerbaiyán, único Mundial que ha disputado Uruguay.