¿Cuántas vírgenes le tocaron después de su muerte?

Sólo 987. Un desastre, me habían prometido miles. Pero no es culpa de Alá. La crisis de valores en el islam es muy fuerte y hay cada vez menos vírgenes.

¿Cómo se lleva con los integrantes de Estado Islámico que están en ultratumba?

Muy mal. Se burlan de mí porque soy muy blandito. Yo pensé que acá no iba a haber bullying, pero me equivoqué. En ese sentido fue una decepción.

¿Lo ve a Mahoma?

Sí, nos llevamos muy bien. Una vez lo dibujé y le dije: “A ver cómo me matan ahora, ¡ya estoy muerto!”. [Risas.]

¿Qué consejo les daría a los jóvenes terroristas suicidas?

Que lleven cepillo de dientes a los atentados, porque después, estando acá arriba, no se consiguen por ningún lado.