El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a referirse ayer al presidente de Siria, Bashar al Assad, a raíz del bombardeo, presuntamente con armas químicas, sobre la ciudad de Duma, uno de los últimos enclaves de los rebeldes sirios. El mandatario estadounidense calificó a su par sirio de “un animal que mata con gas a su gente y lo disfruta”. Más adelante declaró a la prensa: “Si fuera un hombre civilizado, disfrutaría de una exquisita torta de chocolate mientras se lanzan las bombas, como hago yo. Pero no, él disfruta con la muerte de seres humanos, no con el chocolate”. Pero las críticas de Trump también abarcan a Rusia, país aliado del gobierno sirio, que ya anunció que planeaba derribar cualquier misil estadounidense que se dirigiera a Siria. “Rusia promete derribar todos y cada uno de los misiles contra Siria. Prepárate, porque lo que vendrán serán [misiles] bonitos, nuevos e inteligentes”, escribió Trump en el mismo tuit. Algunos analistas consideraron que este mensaje abre la puerta a una solución no sólo al conflicto en Siria, sino además a las turbulencias que agitan la política internacional. “Si Estados Unidos tiene esa clase de misiles, quizás podríamos pedirle al presidente Donald Trump que renuncie a la presidencia y le deje su cargo a uno de esos misiles. Si efectivamente son bonitos, nuevos e inteligentes, sería una triple ganancia, porque él no es ninguna de las tres cosas”, escribió un columnista del periódico The New York Times. Un legislador del Partido Republicano se mostró de acuerdo con estas palabras, y consideró que la perspectiva de que un misil gobierne el país tiene “muchas más ventajas”. “Para empezar, sería mucho más barato, porque los gastos de Trump son exorbitantes. Pero además, tendría una capacidad mucho mayor para hacerse respetar por Vladimir Putin. Para el presidente ruso Trump es una especie de chiste, y, para colmo, hecho por él mismo. Pero a un misil seguro que le tiene más miedo”. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, se mostró favorable a esta solución. “Quizás no sería lo ideal tener a un misil de última generación al frente de la Casa Blanca, fundamentalmente porque sus políticas tendrían un fuerte componente belicista, pero por lo menos se trataría de algo o alguien que tiene ciertas nociones de los efectos de la guerra, un tema que para Trump es completamente desconocido”.