Representantes de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos y Rebeldía Organizada se reunieron con el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Wilmar Valdez, para pedir la renuncia de Miguel Zuluaga, el encargado de seguridad de la selección uruguaya de fútbol que ha sido acusado de integrar el aparato represivo de la última dictadura militar. El presidente de un club de Primera División explicó que se trata de una situación “delicada”, pero que debe ser tratada con cautela, ya que “por un lado estamos hablando de una persona que cometió delitos aberrantes contra muchos uruguayos y contra la humanidad. Pero por otro lado, Mohamed Salah está intratable y ya no parece tan seguro que vayamos a pasar de fase, así que tampoco podemos distraer el grupo”. El dirigente consideró que “quizás se podría ensayar una solución intermedia, como barrer debajo de la alfombra estos horrores hasta que pase el Mundial”. A la salida del encuentro entre Valdez y Familiares, el presidente de la AUF aseguró que la contratación de Zuluaga “no fue responsabilidad de este Consejo Ejecutivo. Este hombre es un clavo que nos quedó de gestiones anteriores, como el Tata González”. Para el dirigente, “la costumbre de que cada autoridad que asume en la AUF barra con todo lo que hizo su antecesor es muy negativa a la hora de mantener un proceso. Si quienes estaban antes que nosotros consideraban que Zuluaga puede ocupar el cargo de jefe de seguridad, o que el Tata González puede ocupar un lugar en el mediocampo, deben haber tenidos sus razones, por más que sean misteriosas. Tampoco es cuestión de ponerse soberbios y creernos dueños de la verdad”.