A fines de mayo, el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly y el empresario hotelero italiano Giuseppe Cipriani presentaron ante la Junta Departamental de Maldonado un proyecto para reformar el hotel San Rafael de Punta del Este, que generó polémica porque incluye una torre de más de 300 metros de altura y 66 pisos. Luego de la presentación, Cipriani aseguró que la obra “generará cerca de 5.000 puestos de trabajo en la industria de la construcción, ya que no sólo se trata de la construcción del complejo de edificios, sino también del sarcófago que tapará el adefesio de 300 metros”. Esta parte del proyecto será similar al sarcófago que se construyó para cubrir el reactor dañado de la planta de Chernobyl, en Ucrania. “En ambos casos se trata de obras muy importantes porque tienen como objetivo tapar algo muy dañino, así que involucran mucha mano de obra especializada”.

Ante las numerosas críticas recibidas, Viñoly defendió su proyecto indicando que “busca ser amigable con su entorno y armonizar con el resto de los edificios horribles de Punta del Este”. El arquitecto aseguró: “No es mi culpa si el lugar está lleno de torres espantosas, yo tengo la responsabilidad de no ir en contra del paisaje. Si en el lugar hubiera edificios elegantes y que armonizaran con el paisaje natural, el mío también lo haría. Pero ahí de natural no queda nada, así que algo de esas características desentonaría demasiado. Eso sí que sería un crimen urbanístico”.