Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
En los últimos días el debate acerca de las medidas del Poder Ejecutivo para contener la acelerada propagación de la covid-19 se concentró en lo que tiene que ver con la limitación del derecho de reunión, aprobada el viernes por el oficialismo en ambas cámaras del Parlamento.
Sin restarles importancia a esta cuestión ni a los anuncios de ayer sobre las intervenciones policiales, que según el ministro Jorge Larrañaga se realizarán en coordinación con el Ministerio de Salud Pública, también hay que tener muy en cuenta los efectos económicos y sociales de la crisis, que seguramente aumentarán.
En ese terreno se habían concentrado, desde que se declaró la emergencia sanitaria, las críticas de organizaciones políticas y sociales a las decisiones del gobierno nacional para afrontarla. Ahora también hay discrepancias claras sobre las prioridades para evitar contagios y el marco normativo que requiere la intervención estatal, pero se mantienen en pie, y por lógica se incrementan, los reclamos de mayor apoyo a las personas y sectores que sufren especialmente las consecuencias de la pandemia.
La Intendencia de Montevideo está desarrollando acciones en este sentido, entre otras cosas mediante la compra de alimentos y artículos de cocina e higiene para abastecer a ollas populares en dificultades, pero el gobierno nacional no muestra intenciones de cambiar su actitud en la materia, y se multiplican las demandas sectoriales.
Como pasa siempre que no hay una orientación política integral, que considere todas las necesidades y establezca dónde y cómo se priorizarán los respaldos, se vuelve muy probable que la atención de esas demandas dependa, ante todo, de la capacidad de presión de cada sector, con la indeseable consecuencia de que se les dé más a quienes ya son más fuertes.
Las actividades artísticas y culturales han recibido hasta ahora apoyos que están muy lejos de compensar el daño sufrido, y en unos cuantos casos se las han tenido que arreglar sin apoyo alguno o con recortes de lo que antes recibían. Todo indica que esto seguirá así. Hay diferencias de tono y de estilo en las reacciones a la suspensión de espectáculos públicos, por lo menos hasta el 10 de enero, desde instituciones vinculadas con el cine, el teatro, la música y el carnaval, pero el común denominador es de insatisfacción y zozobra.
Esto no significa que ramas de actividad más poderosas estén conformes y se sientan a salvo. Alfredo Antía, nuevo presidente de la Cámara de Industrias, señaló en entrevista con la diaria que considera necesario, para paliar la crisis y propiciar luego una recuperación, que el Estado aumente su actual proporción de preferencia por la producción nacional en las compras públicas, de 8% a 20%.
Mientras tanto, el Sistema Nacional de Emergencias informó ayer sobre 497 casos nuevos de covid-19, 4.602 activos, 55 personas en cuidados intensivos, 7,58% de positividad en los test y cinco muertes más.
Hasta mañana.