Si bien todavía queda un largo recorrido hasta la Convención Nacional Demócrata, que se celebrará a mediados de julio en la ciudad de Milwaukee, Bernie Sanders va adelante en la carrera por ser el candidato del partido opositor que enfrentará a Donald Trump en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. Nuevamente en un escenario de paridad, tal como había sucedido en el estado de Iowa, Sanders, de 78 años, logró imponerse a Pete Buttigieg, de 38, y ambos se mantienen fuertes en su camino hacia la Convención, en la que el elegido debe contar con el apoyo de al menos 1.990 delegados de todo el país.

Aunque en las primarias de New Hampshire, el martes, apenas estaban en juego 24 delegados, esta nueva elección sirvió para afianzar la posición de Sanders y Buttigieg y para impulsar a la senadora por Minnesota Amy Klobuchar, quien finalizó en el tercer lugar y amenaza con dar pelea en una lucha en la que siguen perdiendo pie el ex vicepresidente Joe Biden y la senadora Elizabeth Warren. Luego de las dos primeras votaciones, Buttigieg cuenta con el apoyo de 22 delegados; Sanders, con el de 21; Warren, con el de ocho; Klobuchar, con el de siete; y Biden, con el de seis.

Sanders, a quien la cadena de televisión NBC considera favorito para ser el candidato presidencial demócrata en noviembre, ha visto crecer su popularidad desde los comicios en Iowa; superó a Biden y se situó en el primer lugar en dos encuestas nacionales de votantes demócratas, con 8 puntos de ventaja en una encuesta realizada por Quinnipiac y 10 puntos en una encuesta en Monmouth. Mientras tanto, la buena votación de Klobuchar la perfila como otra aspirante a tener en cuenta, sobre todo si se considera su perfil, bastante más moderado que el de Sanders, quien suele definirse como “socialista”, un término que suele espantar a un sector del electorado estadounidense.

Tras el recuento final de votos en New Hampshire, se supo que Sanders obtuvo 26% y Buttigieg, 24,4%. Les siguieron Klobuchar en la tercera posición (19,8%), Warren en la cuarta (9,3%) y, en la quinta, Biden (8,4%), de muy mal desempeño hasta ahora en las primarias.

La interna demócrata se trasladará a Nevada –el caucus se llevará a cabo el sábado 22– y luego a Carolina del Sur, donde habrá elecciones el 29; allí Biden espera hacerse fuerte, en virtud de su buena llegada con el electorado negro y latino. Estos dos próximos caucus también marcarán a qué puede aspirar Buttigieg: de acuerdo con los sondeos en estos estados, no cuenta ni siquiera con 5% del apoyo entre los votantes negros y latinos.