“Seguiremos en UTE hasta que nos sustituyan, porque es lo que corresponde y porque hasta que el nuevo gobierno decida e imponga en funciones un nuevo directorio, UTE necesita seguir funcionando”. Así comienza un mensaje que el presidente de la empresa pública, Gonzalo Casaravilla, hizo circular el fin de semana.

El jerarca, que hace diez años que dirige el organismo, sostuvo que está “a la espera de novedades” y “con la tranquilidad de la tarea realizada y la convicción de que UTE está razonablemente bien parada en la cancha, de cara a los desafíos que se vienen”. Aseguró que tiene “todo preparado para recibir a quienes nos sucederán” y recordó que, “de hecho”, a principios de año había entregado un “importante informe institucional de cara a la transición”.

En tanto, el director del Banco de Previsión Social (BPS) en representación de los trabajadores, Ramón Ruiz, dejó en claro su “profunda preocupación”; en su cuenta de Twitter escribió: “Mañana [por ayer] asumen nuevas autoridades en el país y todavía no sabemos quién será el próximo presidente del BPS”.

Tanto los directores del BPS como los de UTE y otros organismos cuyas autoridades no se han oficializado necesitan venia parlamentaria, y su designación oficial se ha demorado al inicio de los últimos períodos de gobierno en función de las negociaciones del Poder Ejecutivo entrante. En 2005, por ejemplo, el entonces presidente, Tabaré Vázquez, envió el grueso de las venias a mitad de marzo, pero cuando el mandatario asumió ya se sabía quiénes ocuparían esos cargos.

Otras incertidumbres

También hay incertidumbre en otros niveles. El sábado, la ahora ex directora general del Fondo Nacional de Recursos (FNR) Alicia Ferreira escribió en Twitter que no sabía quién la sustituiría ni quiénes serían los delegados del Poder Ejecutivo en su Comisión Honoraria, y agregó que “nadie vino a recibir la transferencia”. “En el FNR reina la incertidumbre. Pero los tratamientos y procedimientos financiados no se verán afectados. Los funcionarios mantienen la continuidad del funcionamiento”, sostuvo.

Las críticas son similares en el Instituto Nacional de la Juventud (Inju), dependiente del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), cargo que se sabe que asumirá el dirigente nacionalista Felipe Paullier. No obstante, el jerarca saliente, Federico Barreto, aseguró en una carta de despedida dirigida a los funcionarios que no pudo llevar adelante “una transición ejemplar”: “Preparamos ‘la transición que hubiéramos querido recibir’, pero lamentablemente no fue correspondida”, sostuvo, antes de señalar que “no es justo achacarle esto a la nueva dirección del Inju, sino a las autoridades centrales entrantes, máximas responsables de este proceso”.

Consultado al respecto, quien hoy asumirá como director general de secretaría del Mides, Nicolás Martinelli, dijo a la diaria que las nuevas autoridades sí accedieron a la información entregada por la administración saliente y evacuaron sus dudas con los funcionarios actuales, por lo que “es falso que no se hizo transición”. “Desde diciembre estamos reuniéndonos con el gabinete saliente. Nos entregaron montañas de documentos y recorrimos cada oficina del país”, añadió. En ese contexto, dijo que si hasta ahora “el director saliente no puso a disposición toda la información que debió poner, entonces quien está en falta es él”.