La militancia del Partido Nacional (PN) vivió ayer una fiesta. Después de 15 años de gobiernos del Frente Amplio (FA), el partido llegó al poder con el impulso de la denominada “coalición multicolor”. Ayer fue una celebración histórica para los nacionalistas y simpatizantes de los partidos de la alianza de gobierno. Desde temprano, en los alrededores del Palacio Legislativo y Avenida del Libertador, una multitud esperaba la llegada de la fórmula presidencial, integrada por Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón. Allí, ante la Asamblea General, el ahora presidente pronunció su primer discurso luego de comprometerse a respetar la Constitución.

Previo a su llegada, luego de las 13.00, empezaron a llegar las delegaciones de los invitados especiales. Entre los primeros en arribar estuvo el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. El público celebró su presencia y coreó su nombre, con la intención de que el presidente se acercara. Al llegar, el jerarca saludó y alzó los brazos hacia el cielo. Minutos más tarde, salió y se acercó a los presentes. Entre gritos de “¡Bolsonaro, Bolsonaro!”, decenas de personas se abalanzaron sobre el vallado de Avenida de las Leyes y Avenida del Libertador para saludarlo. Una señora comentó: “Es el mejor presidente del mundo” y destacó el gesto del saludo: “Es bien simpático”. Fue el único mandatario que se acercó al público.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, fue el siguiente en llegar; sin saludar, ingresó al Palacio Legislativo. Con el paso de los minutos, fue arribando el resto de las delegaciones invitadas. La distancia de los vallados a la puerta del Palacio no permitía identificar, desde lejos, a quiénes llegaban: el público aplaudía sin saber a quién. Debido a “un tema de seguridad del Parlamento”, explicaron desde el entorno del presidente, varios periodistas de medios de comunicación nacional e internacional no lograron ingresar a la zona de exclusión alrededor del Legislativo.

Estaba previsto que Lacalle Pou y Argimón llegaran al Palacio con algunos minutos de diferencia, pero lo hicieron juntos, a las 13.47. La muchedumbre volvió a explotar en gritos: “presidente, presidente”, “te queremos, Luis”, “vamos los blancos” y “viva la patria”. Antes de subir la escalera principal del Palacio Legislativo, el presidente se detuvo y saludó a los espectadores alzando su brazo derecho. A las 14.00 comenzó su discurso.

Alegrías

Público al paso de Luis Lacalle Pou, en Avenida del Libertador.

Público al paso de Luis Lacalle Pou, en Avenida del Libertador.

Foto: Federico Gutiérrez

En Avenida de las Leyes y Agraciada aguardaban los jinetes que habían llegado para la asunción presidencial. Maximiliano Echevarne encabezaba a los 3.500 caballos que llegaron desde distintos puntos del país. Echevarne sostenía una bandera uruguaya que, según contó a la diaria, tiene 100 años. “Luis, ‘hermano’, sabemos [que] no va a ser ‘changa’, pero tenés que buscarle la vuelta. ¡Acá tamos!”, decía un cartel sostenido por otro de los jinetes. Mientras tanto, en la intersección de Ramón Escobar y Avenida del Libertador, otra pancarta reclamaba: “Los trajeron a la asunción. No los lleven al matadero”.

Entre la multitud, una mujer se desplazaba alegre, envuelta en un poncho blanco con un sol en el centro y con la escritura “Soy Manini”, estampada en letras rojas. Como era de esperarse, abundaban las banderas del PN y de Uruguay, pero los militantes de Cabildo Abierto (CA) también hicieron notar su presencia con decenas de banderas del partido y con alusiones a la frase célebre de su líder, Guido Manini Ríos: “Se terminó el recreo”. Menos fueron las banderas del Partido Colorado y del resto de los socios de la coalición.

Las personas congregadas en los alrededores del Parlamento siguieron el discurso de Lacalle Pou por radio y transmisiones online desde sus celulares. Las palabras del presidente no fueron transmitidas por altoparlante. La mayoría escuchaba en silencio o con cánticos aislados mientras aguardaba la salida de la fórmula.

Tristezas

No obstante, la espera no transcurrió en un clima de festejo para todos. De espaldas al Palacio, sobre el lado este de la vereda, dos mujeres lloraban abrazadas detrás del vallado. Una de ellas vestía la camiseta de la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, que estaba congregada detrás de la barrera negra en la acera del frente. Ocupaban más de una cuadra, a la altura de la calle Nicaragua, y sostenían, como siempre, las fotos en blanco y negro de los desaparecidos en la última dictadura y los años previos.

Público con fotos de desaparecidos al paso de Luis Lacalle Pou, en Avenida del Libertador.

Público con fotos de desaparecidos al paso de Luis Lacalle Pou, en Avenida del Libertador.

Foto: Federico Gutiérrez

La mujer de la camiseta era la sobrina de José Luis Utrasún Terra, desaparecido desde agosto de 1978. Reclamaba a los policías que la dejaran cruzar al otro lado de la calle, para unirse al resto de los integrantes de la organización y sostener la foto de su tío. “Lo único bueno es que, aunque hayan ganado ahora, no van a ganar nunca más”, dijo a la diaria. Los familiares que quedaron separados del resto de la organización manifestaron que vivieron el momento “con asco”, y sostuvieron que estaban allí para “reivindicar que [el nuevo gobierno] cumpla lo que prometió [en relación con la búsqueda de desaparecidos]”.

Frente al Instituto de Profesores Artigas se congregaron algunos colectivos militantes contra la reforma que impulsó el año pasado el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, y otros que decidieron acompañar la manifestación en repudio a los presidentes de Brasil y Chile y a la delegación de Bolivia. “Fuera, Piñera, genocida”, “Viva la lucha de los pueblos bolivianos” y “Fuera golpistas de este territorio” eran algunos de los carteles que sostenían.

Mientras la fórmula permanecía en el Palacio Legislativo, los colectivos que se ubicaban a un lado de la calle y los simpatizantes del PN y CA que estaban enfrente comenzaron a intercambiar insultos. Desde la derecha, una niña de unos diez años gritó: “Vayan a laburar, comunistas”, mientras otros repetían: “Se terminó el recreo” y “antiuruguayos”. Del otro lado, los colectivos respondieron frases como “mamarrachos, perdieron la memoria”. Los cruces continuaron hasta que la fórmula desfiló por ese sector.

Público al paso de Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón, por Av. del Libertador.

Público al paso de Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón, por Av. del Libertador.

Foto: .

Tras la Ford V8

Alrededor de las 15.30, la camioneta Ford V8 de 1937 –que perteneció a Luis Alberto de Herrera, bisabuelo de Lacalle Pou, y en la que también se trasladó su padre, Luis Alberto Lacalle, cuando asumió la presidencia, en 1990– subió la rampa del Palacio y aguardó la salida de la fórmula presidencial. El auto estaba reluciente, con un cromado gris impecable. Lo seguía una camioneta Toyota blanca, en la que se trasladaban Lorena Ponce de León, esposa de Lacalle Pou, y sus hijos. Cuando faltaban 15 minutos para las 16.00, Lacalle Pou y Argimón bajaron la escalinata del Palacio Legislativo, saludando a los presentes y generando una ovación efervescente. La fórmula subió a la camioneta y dio la vuelta al edificio. Luego, comenzó la caravana por Avenida del Libertador.

Visto desde adelante, Lacalle Pou estaba ubicado a la derecha y Argimón a la izquierda. Jóvenes militantes de todos los sectores del PN formaron un cordón humano a los lados de los vehículos, que eran precedidos por blandengues. Eran cerca de 200 jóvenes de distintos sectores del partido de gobierno, uniformados con una remera blanca especial para la ocasión que decía “Asunción Presidencial #1M”.

Jinetes que acompañarán a Luis Lacalle Pou, antes de la ceremonia de asunción.

Jinetes que acompañarán a Luis Lacalle Pou, antes de la ceremonia de asunción.

Foto: .

Desde ambos lados del vallado, los gritos y festejos eran permanentes. Al llegar a la altura de Nicaragua, donde estaban los integrantes de Familiares, la camioneta aminoró levemente la marcha. Lacalle Pou, al verlos, se llevó una mano al pecho y movió su cabeza de arriba hacia abajo, en señal de respeto. “¡Nunca más, nunca más!”, corearon algunos de los presentes, y otros abuchearon. Unas cuadras adelante, en la esquina de Paysandú, el balcón del Centro Militar estaba repleto de simpatizantes del PN.

Durante todo el recorrido, la gente saludó a la fórmula desde los balcones de los edificios. Querían hacerse escuchar y llamaban al presidente y la vicepresidenta por sus nombres. Hubo algunas peculiaridades, como un peluche de ET. “Es porque el presidente es de otro mundo”, dijo Horacio, que lo alzaba por encima de la valla. Tampoco faltaron las referencias a Ponce de León, con expresiones de cariño.

Hacia el final de la avenida 18 de Julio, la caravana aceleró el paso para llegar a la plaza Independencia, donde lo esperaba el ahora ex presidente Tabaré Vázquez para la entrega de la banda presidencial. Al llegar, la fórmula agradeció a los jóvenes y, mientras Lacalle Pou se acercaba al escenario principal, su esposa permaneció entre los jóvenes y los saludó uno por uno. Ya con la banda presidencial puesta, Lacalle Pou se golpeó el lado izquierdo del pecho, donde reposa el escudo de la República. Al final, firmó el acta que oficializó el traspaso de mando, y dio comienzo a su mandato como presidente de la República.

Luis Lacalle Pou ingresa junto a Beatriz Argimón al Palacio Legislativo, donde fue recibido por José Mujica.

Luis Lacalle Pou ingresa junto a Beatriz Argimón al Palacio Legislativo, donde fue recibido por José Mujica.

Foto: Javier Calvelo, adhocFOTOS

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