“Cuarentena general” y “medidas drásticas de prevención”, como el cierre de fronteras y de “todo espacio público”, entre ellos restaurantes y centros comerciales, es el primer punto de las cinco medidas propuestas por el Sindicato Médico del Uruguay (SMU).

En diálogo con la diaria, Zaida Arteta, dirigente del SMU, dijo que para combatir la pandemia del nuevo coronavirus, llamado SARS-Cov-2, no alcanza con “las medidas parciales” que dispuso el gobierno. Afirmó que se necesitan medidas de aislamiento social, y dijo que si no se toman ahora, después va a ser tarde, porque puede ocurrir lo mismo que en Italia y en España, donde colapsaron los sistemas de salud por no poder atender la demanda asistencial. El SARS-Cov-2 se expande de manera muy rápida: el viernes se conocieron los cuatro casos de Covid-19 (como se llama la enfermedad) en Uruguay y ayer ya se habían confirmado 50.

Los otros cuatro puntos del planteo del SMU refieren a aspectos asistenciales. Se pide redistribuir a los profesionales para que se orienten a la teleasistencia (audiovisual y telefónica) y crear al menos un centro de asistencia telefónica para cada prestador de salud (mutualista o centro de la Administración de los Servicios de Salud del Estado, ASSE) para triage (sistema de clasificación de la demanda que prioriza a quien necesita una atención más inmediata) y asistencia. El sindicato demanda redistribuir recursos materiales y humanos de policlínica y block quirúrgico hacia la atención extrahospitalaria, centros de teleasistencia y unidades de cuidados intensivos. A su vez, solicita que los profesionales que tienen más de 65 años y/o tienen enfermedades crónicas e inmunosupresión pasen a cumplir tareas de teleasistencia.

El cuarto punto es un mensaje para los prestadores y para las autoridades sanitarias: piden la “no asistencia presencial sin medidas de protección personal” a pacientes con afecciones respiratorias o sospechosos de tener Covid-19 (recomiendan que la consulta sea por teleasistencia). Además, se sugiere “proteger a la población más vulnerable de ASSE de contagio”, y para eso se pide “asegurar asistencia equitativa en atención extrahospitalaria y teleasistencia”, modalidades que ASSE tenían desarrolladas en menor medida que los prestadores privados.

La falta de elementos de protección del personal de la salud afecta en Montevideo y en el interior, a prestadores públicos, privados y emergencias. “Los equipos de salud no están teniendo equipos de protección, van el médico y la enfermera a ver pacientes en domicilios sin tapabocas; hay móviles que salen a ver seis domicilios con un tapabocas y sin sobretúnicas”, relató Arteta. El perjuicio es doble: sin protección, el personal de la salud puede transmitir el virus y crece el ausentismo, que ya se siente. Según Arteta, “se están certificando decenas de médicos y enfermeros por día” porque tienen afecciones respiratorias y la demora en los test diagnósticos no ha permitido descifrar si tienen o no coronavirus, y otros porque sufren enfermedades crónicas o tienen más de 65 años y no pueden exponerse al virus; de ahí la demanda de la reorganización asistencial.

Algunos de estos puntos fueron conversados por los gremios médicos y no médicos de la salud el lunes con el ministro y el subsecretario de Salud Pública, junto con el subsecretario de Trabajo y Seguridad Social y el presidente del PIT-CNT, pero la no resolución de estos puntos particulares fue lo que motivó al SMU a emitir el comunicado. La falta de elementos de protección es una preocupación también de las autoridades sanitarias, y para eso se está trabajando con proveedores e importadores para tener implementos que están escaseando a nivel mundial (entre otras cosas porque China es uno de los grandes proveedores y tiene la producción paralizada).

Atención domiciliaria

La recomendación es quedarse en la casa hasta para consultar al médico, y buena parte de la población lo ha tomado al pie de la letra. El lunes, las tres empresas que integran la Cámara de Emergencias Móviles –SEMM, SUAT y UCM– atendieron alrededor de 3.500 consultas a domicilio y 3.500 solicitudes de asesoramiento telefónico, es decir, “el doble de asistencias domiciliarias y entre cuatro y cinco veces las asesorías telefónicas”, informó a la diaria Guillermo Vázquez, integrante de la cámara de emergencias. Carlos Cardoso, presidente de la Federación de Prestadores Médicos del Interior (Fepremi), dijo a este medio que en las instituciones del interior –Fepremi tiene alrededor de 840.000 afiliados distribuidos en los 18 departamentos– a partir del fin de semana se triplicó la asistencia a domicilio, fundamentalmente por consultas por cuadros respiratorios. Raúl Rodríguez, presidente del Casmu, informó que en la institución que dirige, las consultas domiciliarias se multiplicaron por cinco.

Para filtrar la gran solicitud de llamados, las mutualistas, las emergencias móviles y ASSE en el departamento de Salto (donde se dieron dos de los primeros cuatro casos confirmados) han hecho sistemas de clasificación de las demandas.

Alarico Rodríguez, gerente general de ASSE, dijo a la diaria que de las 74 personas que están en cuarentena en Salto, 17 se atienden en ASSE, y que todas están en seguimiento domiciliario, incluyendo los dos primeros casos. Para responder a la demanda, ASSE coordinó con la Red de Atención Primaria e instaló un sistema de triage en el hospital, en que separa a los pacientes sin síntomas respiratorios de quienes sí los tienen; estos últimos son derivados a un contenedor que está “excelentemente equipado” y así se evita que ingresen a la estructura hospitalaria.

Rodríguez anunció que en Montevideo comenzará a funcionar en las próximas horas un sistema de atención domiciliaria para los usuarios del sector público, no sólo de ASSE. Explicó que la Intendencia de Montevideo pondrá a disposición vehículos y personal no médico, a lo que se le suman recursos de Sanidad Policial y Sanidad Militar; ASSE pondrá médicos y funcionarios para hacer la recepción y coordinación de llamadas.

En el interior del país, cada centro de ASSE está diseñando planes para la atención domiciliaria. A su vez, Rodríguez informó que ayer de tarde se reunió con prestadores privados del interior del país, con la Junta Nacional de Salud y con la Dirección General de Coordinación del MSP para ajustar los detalles de una resolución ministerial que regulará las tarifas para que un prestador pueda atender a un usuario de otro prestador, algo que se hizo por primera vez en 2018, con la atención de urgencia y emergencia.

Policlínicas y cirugías

Muchas instituciones han suspendido las policlínicas tal como existían ahora, por dos motivos, básicamente: para evitar la aglomeración de personas en la sala de espera, y para reorientar algunos recursos a la atención domiciliaria.

El Casmu, por ejemplo, mantiene sólo las policlínicas de medicina general, familiar, cardiología y ginecología, y cerró el policlínico. Sólo atiende situaciones de emergencia, y reservó un área para la consulta de personas con síntomas respiratorios. También reservó un sector de CTI.

Fepremi suspendió también las policlínicas de pacientes coordinados previamente, con quienes los profesionales se están comunicando por teléfono.

Varias instituciones han suspendido las cirugías coordinadas –no urgentes– no oncológicas. Es una forma de liberar camas para la demanda creciente, y también se aspira a reorganizar al personal de las áreas anestésico-quirúrgicas, en caso de que aumente la demanda o el ausentismo por enfermedad de los trabajadores de la salud.

De todos modos, ni ASSE ni los prestadores privados saben para cuándo podrán recoordinar las cirugías porque, entre otras cosas, se desconoce cuánto podrá durar la emergencia.