Para combatir la pandemia de covid-19 todos los expertos concuerdan en la importancia del diagnóstico. Para hacerlo correctamente se necesitan determinados recursos materiales que escasean a nivel mundial, y eso obliga a Uruguay a jugar una pulseada con potencias como la Unión Europea o Estados Unidos para obtenerlos. Esa falta de recursos es la principal causa por la que algunos laboratorios clínicos no están explotando al máximo el potencial tecnológico y de recursos humanos que tienen. Es el caso del Hospital de Clínicas (HC) de la Universidad de la República.

“Hay una necesidad de hisopos, de medio de transporte de muestras, de kit de extracción de ARN y varias otras cosas; ese es el problema”, comentó a la diaria Raquel Ballesté, directora del Laboratorio Clínico del HC. “En el HC tendríamos una capacidad [de análisis] mucho mayor si tuviéramos los reactivos, pero no han llegado al país. Los cuellos de botella pasan por contar con la cantidad de reactivos necesarios para hacer los diagnósticos. Tenemos los recursos humanos, la técnica a punto, pero nos faltan esos recursos. Estamos trabajando con muestras del HC; el promedio son diez test por días, pero podríamos dar una respuesta de 200 diarios si tuviéramos kits automatizados, incluso si tuviéramos los kits no automatizados podríamos dar una respuesta de 100 por día. Nuestra capacidad en recursos humanos está”, agregó.

Avanzar con cuidado

En un comunicado la Sociedad Uruguaya de Patología Clínica (Supac) y el departamento de Laboratorio de Patología Clínica del HC advierten sobre la importancia de asegurar “los procedimientos desde la toma de la muestra hasta el comienzo del análisis (preanalítica), el proceso de análisis que integra también la extracción de ARN (analítica) y todo el procesamiento del resultado que culmina en la realización y emisión del informe con las mayores garantías en la identificación, calidad e interpretación de la prueba (posanalítica)”.

Los profesionales de las instituciones transmiten su “profunda preocupación” porque los “test moleculares para Cov-2 se hacen en centros que no cumplen con las exigencias mínimas para construir un laboratorio de diagnóstico”. En esta línea, aseguran que realizar las pruebas en otros lugares “puede ser muy perjudicial para el control de la pandemia, ya que los riesgos de falso negativo y positivo podrían otorgar al usuario conductas inapropiadas, con un mayor riesgo de transmisión viral”.

Sobre este tema Ballesté puntualizó: “Para nosotros es muy importante que se asegure la calidad del diagnóstico, debemos estar seguros de hacer todos los pasos del diagnóstico correctamente”. A su entender, el camino para hacerlo es “fortalecer los laboratorios de análisis con equipamiento y recursos humanos; que los laboratorios de investigación que tienen posibilidad de aportar equipos o recursos humanos trabajen de forma integrada con los laboratorios clínicos que ya están funcionando en las distintas instituciones”.

A modo de ejemplo, señaló la situación del HC, donde se sumaron al laboratorio de diagnóstico profesionales que usualmente trabajan en la investigación: “Van a colaborar con nosotros, pero dentro del laboratorio clínico; el proceso está regulado y controlado por nosotros. Eso asegura que la trazabilidad de la muestra, desde que llega hasta el resultado final, está absolutamente controlada”, sostuvo.

Ballesté subrayó la importancia de trabajar de forma conjunta y no sobreponer trabajo a instituciones que tienen diferentes roles. Indicó que, por ejemplo, el laboratorio del Institut Pasteur es de investigación y no de diagnóstico, y sin embargo está procesando pruebas de SARS-Cov-2 porque “fue habilitado para realizar diagnóstico”, a diferencia de los laboratorios del HC o del Hospital Maciel, que ya eran de diagnóstico y “cumplen con todos los requisitos, como también lo hacen los laboratorios que están insertos en un hospital o mutualista o los laboratorios clínicos privados que brindan servicio a los diferentes prestadores públicos y privados”.

La especialista explicó: “Nosotros estamos trabajando con un equipo interdisciplinario, hay un grupo de trabajo dedicado a esto y hay un responsable final, un especialista que asegura que el proceso se llevó a cabo adecuadamente. Nos parece que los roles tienen que estar bien establecidos; por ejemplo, el Institut Pasteur es capaz de desarrollar un protocolo e idear una técnica útil, y eso es lo que corresponde. Una vez que esa tecnología está instaurada, debería trasladarse a los laboratorios que están acostumbrados a hacer diagnósticos y a trabajar con muestras biológicas”.

Las instituciones consideran que “en la distribución y optimización de equipos e insumos, así como en la constitución y coordinación de equipos de trabajos con personal calificado en el uso de pruebas de biología molecular y profesionales formados en diagnóstico, se encuentra la mejor estrategia” para enfrentar esta situación.