La situación de inestabilidad política que se vive en Brasil depara novedades constantemente y, en medio de la pandemia de coronavirus que está impactando en el país, siguen surgiendo día a día elementos que ponen en debate la autoridad del presidente Jair Bolsonaro.

Este jueves el detonante de otra crisis en la interna del gabinete ministerial fue la intención del mandatario de apartar de su cargo al actual director general de la Policía Federal, Mauricio Valeixo. Esto generó la molestia del ministro de Justicia y Seguridad Pública, el ex juez Sérgio Moro, quien según medios brasileños le habría presentado su renuncia al mandatario.

No obstante, según informó durante la noche de este jueves el diario Valor Económico, Bolsonaro habría dado marcha atrás con su decisión, en tanto que Moro hizo lo propio, luego de haber sido contactado y persuadido por al menos tres militares muy influyentes en Planalto, uno de ellos el jefe de Gabinete, el general Walter Braga Netto.

De acuerdo con el mismo medio, Valeixo será destituido en los próximos meses, pero Moro tendría la potestad de nombrar a su sucesor.

Moro, quien es amigo personal de Valeixo desde los tiempos de la operación Lava Jato, temía que una designación política para un cargo tan importante como el de director de la Policía Federal sirviera para encubrir casos de corrupción.

Pese a que todo indica que Moro permanecerá en el gabinete, la situación evidenció la frágil situación política de Bolsonaro, que la semana pasada cesó al ministro de Salud Luiz Henrique Mandetta y además enfrenta numerosos pedidos de juicio político en la Cámara de Diputados. A propósito de este tema, este jueves la cadena CNN Brasil informó que el ministro del Supremo Tribunal Federal, Celso de Mello, intimó al presidente de la cámara baja, Rodrigo Maia, por una eventual omisión del cuerpo que él preside en la apertura de los pedidos de impeachment contra el mandatario.

Pero mientras esto pasa a nivel político, la realidad sanitaria brasileña está pautada por el aumento de casos de muertes atribuidas a la covid-19. Este jueves se registraron en el país 407 muertes, la tasa más alta desde que la pandemia llegó al país.

De acuerdo con el balance oficial actualizado por el Ministerio de Salud, con estos nuevos casos, las muertes de personas infectadas por covid-19 ya son 3.313 y el número de infectados en la actualidad es de 20.861, aunque las cifras reales son mucho mayores, ya que además de que en Brasil no se está realizando pruebas de diagnóstico en forma masiva, muchas personas murieron en los últimos días sin ser diagnosticadas.

San Pablo y Río de Janeiro son los dos estados del país más afectados por la enfermedad, con 1.345 y 530 fallecimientos atribuidos a la covid-19, respectivamente.

Por otro lado, las presiones desde la izquierda para desplazar a Bolsonaro del gobierno son cada vez mayores.

En ese sentido, en una entrevista concedida en la mañana de este jueves a la radio CBN Ceará, el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva expresó que las principales instituciones brasileñas ya tendrían que haber reaccionado ante los ataques antidemocráticos de Bolsonaro, al tiempo que volvió a reclamar la salida del ex capitán de la presidencia de la república.

“Es necesario empezar la campaña ‘Fuera Bolsonaro’, porque no es posible que permitamos que él destruya la democracia”, dijo el líder petista de 74 años de edad. Lula afirmó también que la única cosa que “Bolsonaro no hace es decir quien mandó matar a Marielle [Franco]”. Lula, quien cada vez muestra un tono más beligerante hacia el actual mandatario, sentenció también que “la verdad es que Bolsonaro no estaba capacitado para gobernar el país en condiciones normales y mucho menos en esta crisis”.

Durante su intervención radial, el ex presidente además le pidió solidaridad en estos momentos al empresariado brasileño. “¿Los empresarios quieren volver a trabajar? Bien, muestren seriedad. Hagan que los trabajadores tengan las garantías de contar con guantes, mascarillas, [asegúrense] de que el transporte público va a estar bien higienizado. Es preciso entender que no están muriendo números, sino seres humanos”, sentenció.