Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
Siguen vigentes las esperanzas depositadas en la educación para resolver problemas sociales, políticos e ideológicos. Por ejemplo, la directora del Instituto Nacional de las Mujeres, Mónica Bottero, coincide con su antecesora, Mariella Mazzotti, en que determinadas posiciones expresadas en el Parlamento acerca de cuestiones de género y violencia machista podrían modificarse mediante actividades formativas para legisladores y legisladoras, que a menudo muestran un profundo “desconocimiento” de esos asuntos.
Hay personas escépticas que no confían tanto en esas herramientas, y piensan que actitudes como las de las empresas del transporte departamental, empeñadas en recortar salarios, no se deben a ignorancia sobre la necesidad de respetar el laudo vigente, sino a un consciente afán de lucro, y quizá a la convicción de que, con el actual gobierno nacional, tienen más posibilidades de salirse con la suya.
En nuestro nuevo suplemento de economía se analiza cómo las medidas adoptadas por el Poder Ejecutivo ante la crisis generada por la covid-19 no sólo apuestan básicamente a las empresas privadas para lograr una recuperación, sino que además, en lo referido a paliar los efectos sociales de esa crisis, son en muchos casos genéricas, en vez de priorizar los sectores donde el daño es mayor. ¿Esto debería considerarse un problema de desconocimiento de la realidad o un sesgo determinado por la ideología?
En el mismo suplemento, el senador frenteamplista Danilo Astori, entrevistado por escrito, señala que la actual política económica muestra una “cerrada visión” (especialmente en la Oficina de Planeamiento y Presupuesto que dirige Isaac Alfie), que insiste ante todo en reducir el gasto público, y que si persiste comprometerá en forma grave no sólo la calidad de vida de la población, sino también las posibilidades de reactivación y las oportunidades para Uruguay en el mundo actual.
Astori también subraya la necesidad de dejar atrás los discursos de campaña electoral para que, tanto desde el oficialismo como desde la oposición, se defiendan las convicciones propias sin ignorar las propuestas de la otra parte. Ambas cuestiones, prevé, estarán presentes en la discusión del próximo presupuesto quinquenal, que será, en su opinión, “muy difícil”. Habrá que ver si en ella hay disposición al aprendizaje.
Por su parte, el presidente Luis Lacalle Pou parece convencido de que es pertinente hacer docencia acerca de las bondades del proyecto de urgente consideración aprobado por el Parlamento. Para ello, eligió como herramienta pedagógica Twitter, y publicó una larga serie de mensajes en ese medio, sosteniendo que esa nueva norma tendrá múltiples efectos beneficiosos para los trabajadores asalariados, la seguridad pública y el desarrollo sostenible.
Hasta mañana.