Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Ayer terminó el trámite parlamentario del proyecto de ley de urgente consideración (LUC) enviado por el Poder Ejecutivo, que fue aprobado por el oficialismo en el Senado con los cambios que se le habían hecho en la Cámara de Representantes. El tratamiento de la iniciativa había comenzado el 24 de abril, de modo que llevó sólo 76 días, con una celeridad aún mayor que la permitida por la Constitución.

No hay motivos para considerar positiva esta urgencia más allá de la urgencia, ya que el texto, pese a su negociación previa en la “coalición multicolor”, su análisis jurídico en Presidencia y el primer debate en la Cámara de Senadores, llegó a Diputados con errores que hubo que corregir. En cuanto a los contenidos, su importancia era motivo más que suficiente para que se empleara todo el tiempo disponible.

En todo caso, este primer capítulo de las iniciativas del nuevo gobierno se cierra, y la gran cuestión es qué sigue. El proceso del proyecto de LUC se dio en circunstancias muy particulares, por el impulso inicial de la coalición y la emergencia sanitaria, que no sólo acotó las discusiones y movilizaciones sociales, sino que también reforzó el peso del Ejecutivo, y aun así no hubo acuerdo en el oficialismo para aprobar artículos muy relevantes.

Según el senador colorado Adrián Peña, el proceso de la LUC tuvo “mucho marketing”, pero sólo indica en términos generales “por dónde va a ir el gobierno”, y tanto los contenidos concretos como la definición de prioridades dependerán de la Ley de Presupuesto.

Peña destacó también el papel desempeñado en el Parlamento por su partido, que según dijo fue fundamental para que el Frente Amplio votara unos cuantos artículos del proyecto de LUC y para que se modificaran otros, y opinó que el oficialismo debería contar con “una conducción más colectiva”. Todo esto subraya que, a medida que pasen los meses, la “coalición multicolor” tendrá que negociar cada vez más.

Pero la política partidaria no se hace sólo en el Parlamento, y en setiembre se llevarán a cabo las postergadas elecciones departamentales. Para coordinar las campañas del Partido Nacional (PN), los 12 intendentes de esa fuerza política se reunieron con el presidente del directorio, Pablo Iturralde, y con varios nacionalistas que se postulan a cargos ejecutivos departamentales. También estuvo Carlos Moreira, que formalmente renunció al partido en octubre del año pasado, pero que según el actual intendente de Maldonado, Jesús Bentancur, “es un amigo de toda la vida y cuenta con el apoyo del PN”.

Hace menos de diez días, el presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, preguntó si el PN se hacía cargo de la candidatura de Moreira a la Intendencia de Colonia, luego del escándalo que causó su propuesta de renovar una pasantía a cambio de favores sexuales. Bentancur respondió.

Hasta mañana.