Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Varios temas se disputan la posición central en estos días.

Por un lado está la discusión parlamentaria del proyecto de presupuesto, con sus aspectos centrales y una serie creciente de cuestiones laterales, que tienen importancia pero no se refieren a los principales lineamientos de la política económica para los próximos cinco años.

Por otro, las discusiones sobre el pedido de desafuero de Guido Manini Ríos, que se mezclan con polémicas acerca del Tribunal de Honor que juzgó a Gilberto Vázquez hace 14 años.

Y por si lo antedicho fuera poco, está la decisión de “abrir un proceso de referéndum” contra la ley de urgente consideración, adoptada en principio por la Mesa Representativa del PIT-CNT, aunque sigue la discusión en algunos sindicatos y aún no está definido si se iría contra toda la norma o sólo contra parte de ella.

El desfile de delegaciones en la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda del Senado pone en agenda toda clase de problemas relacionados con la intención de “ahorro” del Poder Ejecutivo. Ayer, por ejemplo, las autoridades de la Junta de Transparencia y Ética Pública señalaron que, con la asignación de recursos prevista para ese organismo, no habría con qué pagar el almacenamiento en internet de las declaraciones juradas de bienes que ese organismo recibe. De investigaciones complejas, mejor ni hablemos.

No es muy compleja la investigación necesaria para llegar a una conclusión sobre un aparente entredicho entre el presidente Luis Lacalle Pou y su antecesor, Tabaré Vázquez. El primero realizó declaraciones en las que mezcló lo relacionado con el pedido de desafuero de Manini y la cuestión del Tribunal de Honor de 2006, de tal modo que pareció que decía que las actas del interrogatorio de hace 14 años habían llegado a Presidencia. El ex presidente Vázquez, que hasta ayer no había hablado del asunto, señaló que esas actas de 2006 nunca llegaron a su despacho, y tampoco al de la entonces ministra de Defensa Nacional, Azucena Berrutti.

Es una incógnita qué le puede estar quedando claro a una persona medianamente informada, pero sabemos que, para la nacionalista Graciela Bianchi, hay una importante cuestión “de decoro y de sensibilidad” vinculada con la camiseta que se puso la frenteamplista Amanda Della Ventura con la leyenda “Desafuero o complicidad”.

El hecho es que la cuestión de Manini está definida en sus aspectos centrales. El Partido Nacional no votará el pedido de desafuero, y eso impedirá que el ex comandante haga frente a una acusación por no haber denunciado a José Nino Gavazzo. Cabildo Abierto (CA) tampoco apoyará la solicitud del fiscal Rodrigo Morosoli, y aunque el propio Manini dio públicamente su palabra de que no se ampararía en fueros parlamentarios, ahora alega que “las circunstancias cambiaron”.

Nacionalistas y cabildantes tienen muy poco interés en que estos datos centrales se jerarquicen, y tratan de relativizarlos mediante la introducción en el debate de muchos otros temas. Por ejemplo, las opiniones del senador Raúl Lozano, de CA, sobre los detenidos desaparecidos, que no se destacan por su profundidad ni por su respeto a las víctimas.

Hasta mañana.