Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Hay algunas buenas noticias sobre el coronavirus. Ayer se registró una pequeña mejoría en los indicadores de la enfermedad en Uruguay (la tasa de positividad bajó dos puntos, a 9,3%, aumentó en diez la disponibilidad de camas de CTI, pero murieron 11 personas), y desde hoy comienza a inmunizarse a la población brasileña que vive en la frontera con Uruguay. Además, parecería que la expectativa en torno a la llegada de las vacunas a nuestro país estaría cerca de terminar, aunque cuándo y cómo todavía no se ha revelado. El resto siguen siendo de las otras. Se difundió la disposición del Ministerio de Salud Pública que pospone las consultas médicas presenciales y las intervenciones quirúrgicas no prioritarias. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud advierte sobre las inequidades globales que provocará la desigual distribución de las dosis entre los países más ricos y los más pobres. La organización también hace una estimación preocupante: para lograr la inmunidad colectiva se necesita vacunar al menos a 70% de la población, pero el objetivo hacia fin de año es llegar al menos a 20%.

Desde Estados Unidos, el país más afectado por la pandemia ‒las muertes sobrepasan las 400.000‒ llegan novedades igualmente impactantes, aunque bastante anunciadas. Quienes estábamos en el cierre de la edición de la diaria del 8 de noviembre de 2016 recordamos claramente el asombro que nos atravesaba mientras trabajábamos contrarreloj para enviar el diario la imprenta. Donald Trump había ganado las elecciones y para la mayoría su triunfo fue tan inesperado como imprevisibles se adivinaban sus consecuencias. “Trumpazo”, titulamos. El asombro no sólo se mantuvo hasta hoy, cuando la presidencia de Trump llega a su fin, sino que ha ido creciendo y es posible que continúe acompañándonos durante un buen tiempo. En las últimas semanas, las acciones del mandatario norteamericano incluyeron una poderosa campaña de desinformación y el más serio ataque a las instituciones de su país en mucho tiempo, y dejaron en evidencia la magnitud de la atracción que despierta el pensamiento antidemocrático en gran parte de los estadounidenses.

El desafío para las autoridades entrantes es enorme, y en cierto modo, comienza hoy mismo, no sólo a partir de que se echen a andar las primeras medidas de gobierno, que comprenderán acciones para enfrentar la crisis sanitaria y políticas de integración de los inmigrantes, sino desde la propia ceremonia de asunción, que, dada la reciente agitación política en la capital estadounidense, estará enmarcada en un monumental despliegue de unas fuerzas de seguridad que, a su vez, buscan depurarse de sus integrantes de extrema derecha. Todavía está lejos de aclararse el entramado de organizaciones afines al intento golpista de Trump que se manifestó en el ataque al Congreso estadounidense; en esta edición, les ofrecemos una investigación que demuestra la participación en esas maniobras de la familia del reverendo Moon, vinculado a varias empresas uruguayas desde la última dictadura.

Que el asombro no nos impida seguir tratando de entender.

Hasta mañana.