Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
El manejo del precio de los combustibles por parte del Poder Ejecutivo y las circunstancias que lo hacen posible van aclarándose por aproximaciones sucesivas, que muestran a la vez riesgos de importancia. Repasemos.
Por dos meses consecutivos no se ha aplicado el aumento que correspondería por el mecanismo establecido en la Ley de Urgente Consideración (LUC). Como el precio internacional del crudo viene en alza y los precios se mantienen, Ancap pierde dinero, pero a la vez ha recibido ingresos extraordinarios. Las sequías en Brasil afectan la generación hidroeléctrica en ese país, que nos está comprando energía. UTE la provee mediante sus centrales térmicas, alimentadas por gasoil comprado a Ancap.
La semana pasada Búsqueda informó que hubo reuniones del oficialismo para considerar la viabilidad de no disponer aumentos hasta que se realice el referéndum sobre 135 artículos de la LUC (incluidos los referidos al mecanismo de ajuste). En la misma edición del semanario se publicaron declaraciones sobre el tema del secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, quien dijo que eso se hará si Ancap “tiene espalda” para “aguantar los precios” durante todo ese período.
Según declaró a la diaria el presidente del directorio de Ancap, Alejandro Stipanicic, el ente tiene hoy “más de 200 millones de dólares en caja” debido a sus ingresos extraordinarios, de modo que habrá “espalda” en lo que queda de este año, y probablemente hasta la primavera del que viene, ya que “la perspectiva es que Brasil siga sin lluvias” y continúe aportando divisas que le llegan a Ancap por intermedio de UTE. Obviamente esto ya lo sabía Delgado la semana pasada.
Ancap podría hacer diversas cosas con esos ingresos imprevistos. Por ejemplo, invertirlos para mejorar su eficiencia y aumentar ganancias en distintas actividades, incluyendo las que el oficialismo señala como responsables de “sobrecostos” en los combustibles (aunque inciden muy poco en los precios).
Si el Ejecutivo considera que es mejor no reinvertir en Ancap los millones de dólares procedentes de Brasil, sino destinarlos a otros fines, eso no tiene nada de malo. La lista de necesidades del país es larga, y se trata de establecer prioridades.
Entre todos los destinos posibles, las autoridades han elegido subsidiar el mantenimiento de los precios de los combustibles (una de sus promesas preelectorales, pero por cierto no la única), sin aplicar los criterios establecidos en la LUC. Parece que se proponen seguir en eso, para evitar que los consumidores (y, entre ellos, los productores agropecuarios) asuman que esa norma los está perjudicando, y aumenten su disposición a votar por Sí en el referéndum.
Stipanicic señala un “problema de fondo”. Es muy posible que los precios del crudo sigan en alza o se estabilicen en valores altos. En tal caso, cuando llueva en Brasil y Ancap se haya quedado sin “espalda”, volver al mecanismo de la LUC implicaría un fuerte aumento.
Como es sabido, el oficialismo acusa a los gobiernos frenteamplistas de haber derrochado el resultado de circunstancias internacionales favorables, destinándolo a subsidios “populistas”.
Hasta mañana.