Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Nadie sabe hasta qué punto la coalición de gobierno nacional tenía definida, antes de la asunción de Luis Lacalle Pou, una agenda común a mediano plazo, con iniciativas más allá del Presupuesto quinquenal y la ley de urgente consideración (LUC). En todo caso, las previsiones que hayan existido al respecto ‒colectivas, partidarias o sectoriales‒ ya debieron revisarse y redefinirse en dos ocasiones, y esto ha causado algunas divergencias notorias, en particular con Cabildo Abierto (CA).

Para Lacalle Pou, la emergencia sanitaria y el éxito de la campaña para someter a referéndum 135 artículos de la LUC postergaron, de distintos modos, el avance hacia nuevos objetivos. El Partido Nacional se alinea con las decisiones adoptadas en la Torre Ejecutiva sin nada parecido a una disidencia organizada, que podría emerger cuando estén más cerca las próximas elecciones nacionales.

En el Partido Colorado, luego de que Ernesto Talvi se alejó de la política, los gestos que muestran prioridades propias han sido hasta ahora escasos y discretos. Quizá una de las apuestas para 2024 sea típicamente sanguinettista: presentarse como un camino del medio entre el lacallismo y el Frente Amplio (FA), y buscar algunos puntos de apoyo para escenificar esa idea. Sea esta u otra la estrategia, habrá que ver si las menguadas fuerzas partidarias son suficientes para que tenga algún éxito.

El Partido Independiente, en la escala que está a su alcance, se presenta como un componente moderado y moderador del oficialismo, con miras a mejorar en alguna medida su respaldo electoral futuro. Lo que se proponga el Partido de la Gente, con un solo legislador y su conducción en disputa, tiene poca relevancia. Y después está CA.

Los cabildantes tienen definido desde 2019 que Guido Manini Ríos será nuevamente su candidato a la presidencia, en qué sectores sociales quieren crecer y la orientación general de derecha populista con la que les interesa marcar perfil. Da la impresión de que el principal obstáculo a sus planes iniciales fue el acotamiento de los recursos disponibles para Irene Moreira en el Ministerio de Vivienda, pero esto se contrapesó con el protagonismo inesperado y la alta aprobación de Daniel Salinas en Salud Pública. CA sigue adelante con su estrategia, sin mostrar la menor intención de modificarla en aras de intereses colectivos oficialistas.

En estos días, varias iniciativas que los cabildantes priorizaron están bloqueadas por sus socios, sobre forestación, tenencia compartida, prisión domiciliaria, usura, ley de medios y deudores en unidades reajustables del Banco Hipotecario. En el primer caso, el partido de Manini Ríos anuncia la voluntad de aprobar su proyecto antes de fin de año, con votos propios y del FA en el Senado, pero en general es probable que lo que más le importe sea haberlos presentado.

Si no se aprueban, el perfil quedará de todos modos marcado, se reforzará la imagen de que el resto de la coalición de gobierno es “tibio” y será muy difícil probar si eran o no soluciones eficaces y deseables. Lo demás es, al parecer, lo de menos.

Hasta mañana.