Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

“Abril es el mes más cruel”, escribió el estadounidense TS Eliot; en lo referido a la covid-19, la poesía coincide con la evidencia. “Blindemos abril”, dijo Rafael Radi el 30 de marzo, en una entrevista con Telemundo, pero esa exhortación del coordinador del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) fue más mencionada que cumplida. El presidente Luis Lacalle Pou la repitió el 7 de abril en conferencia de prensa, pero durante el mes que termina hoy no dispuso ninguna de las medidas adicionales para reducir los contagios que había propuesto el propio GACH el 7 de febrero.

Los resultados están a la vista: se interrumpió la tendencia previa al aumento exponencial de casos nuevos, pero no se observa una descendente. El promedio durante abril estuvo en torno a los 3.500 casos por día, lejísimos de los 200 que permitirían retomar el control de la situación. Y, por supuesto, hubo una sostenida sobrecarga del sistema de salud, que limita la capacidad de atención en todos los niveles y contribuye a que haya una cantidad muy alta de fallecimientos.

Durante períodos con alta transmisión comunitaria como el que vivimos, es claro el vínculo entre la movilidad de las personas y la propagación de la enfermedad. Sin embargo, el gobierno nacional sigue decidido a no restringir la movilidad. Arguye que eso tendría consecuencias graves para una cantidad importante de trabajadores, y al mismo tiempo insiste en que no hay condiciones para brindarles a esas personas un auxilio económico transitorio, porque no se sabe cuánto va a durar esto. Algo no cierra, porque Lacalle Pou afirma también que esto no va a durar mucho tiempo más.

Por otra parte, se insiste en atribuirles culpas a quienes no ejercen en forma responsable su libertad, pero lo hecho para convencer a esas personas y facilitarles que cambien su conducta deja mucho que desear.

Todo lo antedicho sería muy grave incluso si la campaña de vacunación ya nos hubiera acercado a comenzar una etapa con tendencias descendentes, porque la ausencia de medidas nuevas durante abril contribuyó a que se produjeran contagios, internaciones y muertes evitables. Pero la cosa puede ser peor.

Esta semana se terminó de redactar un informe del GACH en el que se considera probable que esté “comenzando una nueva etapa de aumento de contagios”, con “riesgo de agravar aún más el nivel de situación”. Los autores del documento señalan, además, que “la perspectiva más firme es que harán falta uno o dos meses más y la extensión mayor de la vacunación” para que esta contribuya a que el panorama vuelva a estar bajo control.

Ese informe, fechado el lunes 26 y elaborado por el grupo de Modelos y Ciencia de Datos del GACH, fue presentado al Poder Ejecutivo antes de que Lacalle Pou insistiera en su mensaje optimista sobre las perspectivas para las próximas semanas.

No es que los especialistas del GACH dispongan de información reservada: manejan los datos que se hacen públicos todos los días. Los mismos que manejan el presidente de la República y los dirigentes oficialistas que ahora exhortan a “blindar mayo”.

Hasta el lunes.