Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
El programa Oportunidad Laboral, más conocido como Jornales Solidarios, se aprobó en mayo de 2021 para paliar la crisis social asociada con la emergencia sanitaria. Esta terminó formalmente en mayo de 2022, pero poco después se lanzó una segunda fase del programa, que iba a concluir en octubre pero que el Ejecutivo decidió extender “por única vez” hasta diciembre. Ahora se van a implementar nuevas fases para este año y 2024.
Se trata de una iniciativa que ofrece trabajos transitorios gestionados por las intendencias, de 12 días mensuales durante cuatro meses y con una remuneración bastante baja, que se ha ido ajustando cada año y en las próximas ediciones será de unos 13.000 pesos por mes. De todos modos, es mucho mejor que nada y en 2021 se presentaron 250.605 personas para 15.000 puestos. En promedio, cerca de 17 postulantes para cada uno.
Fue un indicador social fuerte, porque sólo se podían inscribir personas de 18 a 65 años de edad que no recibieran ningún tipo de remuneración (ni siquiera subsidios por desempleo o por enfermedad, ni jubilaciones o pensiones). También es significativo que el programa vaya a seguirse reeditando hasta que termine el actual período de gobierno, y que a comienzos de este año se hayan organizado y movilizado, con una huelga de hambre frente a la Torre Ejecutiva, personas que habían desempeñado esos trabajos transitorios y reclamaban que no se interrumpieran dejando “en la calle a 10.000 personas” de febrero a mayo.
Las autoridades nacionales se vanaglorian de que los datos del mercado laboral han mejorado, pero el PIT-CNT y expertos independientes han señalado más de una vez que la recuperación se produjo con muchos empleos de mala calidad. La propia existencia de Jornales Solidarios incide para aumentar el registro de personas ocupadas, aunque se trate de trabajos durante períodos breves y a cambio de poco dinero. Que persista la demanda de lo que ofrece este programa y que el Ejecutivo asuma que es necesario mantenerlo son evidencia clara de que las objeciones son pertinentes.
Los partidos del actual oficialismo cuestionaron muy duramente, durante los gobiernos del Frente Amplio, políticas sociales que, según decían, utilizaban los recursos públicos para hacer clientelismo, aumentaban el “costo del Estado” y tenían además efectos muy indeseables para sus propios beneficiarios, porque presuntamente los instalaban en la dependencia en vez de orientarlos hacia el “emprendedurismo”. Ahora este programa no les parece tan malo, aunque obviamente se le pueden hacer los mismos cuestionamientos.
Desde posiciones ideológicas con mucho peso en el oficialismo se podría recordar una frase bastante conocida del economista estadounidense Milton Friedman: “Cada recesión ha producido programas de gasto público, presuntamente como un dispositivo temporal para crear puestos de trabajo. Pero nada es tan permanente como un programa gubernamental temporal. Típicamente, estos programas se pusieron en plena marcha sólo después de que la economía estuviera en el camino de la recuperación. En el proceso, establecieron un grupo de votantes interesados que hicieron lobby por su continuidad”.
Hasta el lunes.