Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
Dentro de un año, el sistema partidario va a estar dedicado de lleno a la campaña para las elecciones nacionales, con candidaturas y propuestas definidas, campañas desplegadas en todo el país y frecuentes encuestas de intención de voto. En un año pueden pasar y pasarán muchas cosas, pero no da la impresión de que su escenario más importante vaya a ser el de las iniciativas de gobierno ante problemas que no se han resuelto en lo que va de este período.
Con los socios de la coalición de gobierno cada vez más enfilados hacia la contienda electoral, agotado hace tiempo el repertorio del “Compromiso por el país” que firmaron en 2019 y sin que aparezcan ideas nuevas, en el oficialismo resurgen unas cuantas bastante antiguas, que se han planteado más de una vez sin éxito y son regresivas tanto por ese motivo como por su contenido.
Los diputados Gustavo Zubía y Eduardo Lust, colorado el primero e independizado de Cabildo Abierto el segundo, sostienen que el Ejército debe asumir tareas de seguridad pública “en determinados barrios”, para afrontar la actual “pandemia de muertes”. El ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, ante el fuerte aumento de la cantidad de personas que duerme a la intemperie, insiste en que se debe aprobar el proyecto de ley que habilita el traslado forzado a refugios “u otros lugares”, en línea con su posición favorable también a la internación compulsiva de quienes tengan un consumo problemático de drogas.
Ambas iniciativas tienen en común un enfoque ideológico que apela al uso de la fuerza como presunta solución de situaciones complejas y de larga data, que no era fácil ni aconsejable resolver de este modo hace años, y cuyo agravamiento desaconseja aún más los enfoques simplistas.
No está claro, en los casos mencionados y en otros, si la reaparición de viejas recetas busca realmente que se apliquen o es una forma más de volcar la actividad política hacia lo electoral, con el mensaje subyacente de que el actual oficialismo no ha podido hacer lo que debía, pero lo hará si la ciudanía le renueva su confianza.
Sea como fuere, es bastante desalentador que, tras casi cuatro años de ejercicio del gobierno nacional, no se haya producido un aprendizaje que conduzca al planteamiento de soluciones nuevas, o por lo menos a un afinamiento de las que se prometieron en 2019 y se venían manejando desde mucho antes.
En algunas áreas de la administración pública, el regreso al viejo recetario tiene un significado muy distinto, aunque también se vincula con lo electoral. El sindicato de trabajadores de Antel presentó un recurso de revocación contra las licencias otorgadas a cableoperadores para brindar servicios de internet, y sostiene que las autorizaciones del Poder Ejecutivo (ya van 11, seis de ellas en el último mes) se están concediendo “al barrer” y en forma “indiscriminada”. Sin embargo, cabe sospechar que alguna selección hay, pero no por motivos técnicos, sino con los mismos criterios políticos que guiaron antes el reparto de habilitaciones para la radio, la televisión abierta y la televisión para abonados.
Hasta mañana.