Hoy es 31 de julio. Faltan 88 días para las elecciones nacionales.
La Usina de Percepción Ciudadana realizó una encuesta sobre intención de voto en los dos plebiscitos de reforma constitucional que se realizarán junto con las elecciones nacionales. La propuesta de habilitar allanamientos nocturnos parece de probable aprobación, y sobre la referida a seguridad social las respuestas se dividen aproximadamente en tercios entre quienes pondrán la papeleta blanca del Sí en el sobre de votación, quienes no lo harán y quienes todavía no tienen una posición definida.
Lo mejor sería que las decisiones se adoptaran con buenos niveles de información y debate; seguramente, nadie quiere un resultado adverso a su posición debido al desconocimiento de lo que está en juego. Sin embargo, hay factores que no favorecen esas condiciones ideales.
Ninguno de los dos grandes bloques que compiten por la presidencia de la República está a favor de la reforma de la seguridad social, impulsada por el PIT-CNT. Todo el oficialismo se opone a ella y el Frente Amplio (FA) no tiene posición como tal, debido a discrepancias internas. Esto determina una desventaja para quienes militan por el Sí, porque los antecedentes muestran la importancia de que los sobres con listas que se reparten antes de los comicios incluyan papeletas, y todo indica que la blanca estará sólo en los que distribuya por su cuenta una parte del FA.
Ninguno de los candidatos que tienen chance de asumir la presidencia el 1º de marzo de 2025 hablará a favor de esta reforma en sus recorridas por el país y sus apariciones en medios de comunicación. De todos modos, por lo menos podría suceder que quienes están en contra lo destacaran, dándole presencia al tema en la campaña y habilitando la posibilidad de réplica, aunque fuera con menores recursos, desde los grupos que impulsan la iniciativa, pero ni siquiera esto parece probable.
Yamandú Orsi no considera conveniente la reforma, pero dadas las diferencias de opinión dentro del FA, es obvio que no hará campaña contra ella como candidato común. Da la impresión de que los oficialistas prefieren dedicarle al tema una proporción pequeña de sus intervenciones públicas, quizá convencidos de que cuanto menos se hable de él, más probable será que la propuesta no se apruebe. Por supuesto, ese tiro puede salirles por la culata.
En lo referido a la iniciativa sobre allanamientos nocturnos, impulsada mediante un proyecto que se presentó en la Asamblea General, el grueso del oficialismo está a favor de la papeleta amarilla con el Sí y la dirigencia del FA está formalmente en contra, pero no le dedica mucho esfuerzo a expresarlo. La encuesta muestra que esta reforma tiene 50% de aceptación en el electorado frenteamplista, y esto puede ser una causa o una consecuencia de la actitud adoptada por la dirigencia.
A su vez, los medios masivos de comunicación les dedican poco espacio a los plebiscitos, y a menudo se limitan a registrar lo poco que dicen sobre ellos los partidos. En la medida en que escasee la exposición de argumentos a favor y en contra de los proyectos, los resultados del 27 de octubre serán legítimos, pero dejarán que desear en términos de calidad democrática.
Hasta mañana.