La poderosa ofensiva derechista de los últimos años no ha logrado estabilizar una nueva situación latinoamericana. Los fascismos sociales y culturales crecieron pero no consiguieron una nueva hegemonía.
No existe negocio posible que beneficie a Antel, que ya hizo la inversión y tiene casi todo el mercado cubierto. La van a presionar para que arriende el servicio que presta a hogares a otros intermediarios.
Colombia ha elegido un gobierno de izquierda, y aunque para algunos eso se interprete como un riesgo, hoy ha pasado a ser la mayor esperanza de cambio para los olvidados, los despreciados por una élite política blanca.
Reducir la desigualdad hoy tiene que ver con dotar a las personas de posibilidades económicas para elegir qué hacer, y la única manera es generando una renta básica universal.