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la diaria

Opinión

Sociedad

En la calle

Esquina de Zelmar Michelini y San José a las 15.00 de ayer en pleno Centro de Montevideo. “¿Una moneda?”, preguntó. Un muchacho que pasaba por ahí -que minutos después se llamaría Maximiliano y contaría que estaba haciendo trámites- paró y le extendió la mano. Pasé por atrás y algo extraño me llamó la atención. Me detuve. En la cabeza la señora que pedía una moneda tenía un corte muy profundo, sangrante, encima de la ceja izquierda. El muchacho también se detuvo. “¿Qué te pasó?”, le preguntamos a la mujer que ahora se llama Laura y que vive en la calle y que va a un refugio por las noches y que está vestida con ropa que le queda grande y apenas se le sostiene puesta. Dice que la atropelló un taxi por la madrugada y que el conductor no se detuvo.
Política nacional

¿Yo sé quién soy?

El 30 de abril de 2013 quedará guardado en la memoria por ser la primera vez que se celebró el Día del Trabajador Rural en Uruguay. Es un hecho que, sin lugar a dudas, tuvo un impacto simbólico, entre otras cosas debido a la presencia del presidente José Mujica durante la celebración. Más allá de lo anecdótico, el tratamiento parlamentario de la Ley 19.000 (que consagra el Día del Trabajador Rural el 30 de abril de cada año) dejó en evidencia algunos problemas de claridad conceptual.
Deporte

Con el sello

El expediente del exitismo es jodido, muy jodido, mucho más si tenés que pasar por el mostrador de demagogia y populismo. Ni te digo cuando para cada trámite precisás el sello del triunfo deportivo. Ahí es terrible. Algo de eso le pasa a la selección uruguaya de Óscar Tabárez, cuando está cerca de entrar al octavo año de trabajo, con claros e irrefutables triunfos sin goleadas ni exhibiciones, con tantos caminos como recompensas y hasta con la mayor cantidad de triunfos o éxitos concretos que cualquier selección haya tenido en los últimos años. Siempre le están buscando la falla, siempre están prontos para la subversión, para voltearte y empezar de nuevo.