El 7 de diciembre una delegación del Ministerio de Salud Pública (MSP), con el ministro Daniel Salinas a la cabeza, concurrió a la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes para informar sobre la posición de esa secretaría de Estado en el plan de vacunación contra la covid-19 en el Hogar Sarandí de Colonia Valdense, donde fallecieron cinco internos y una funcionaria.
La vacunación en el hogar Sarandí tuvo varias idas y vueltas. Primero la Dirección Departamental de Salud de Colonia había dispuesto que los usuarios y los funcionarios fueran vacunados en paralelo a la inoculación realizada en los hogares de larga estadía para personas mayores (Elepem).
Sin embargo, luego las autoridades sanitarias dispusieron que la vacunación en esa institución empezara recién a mediados de abril, en paralelo a la realizada a los usuarios de centros de atención de salud mental.
La demora en el inicio de la vacunación a usuarios y funcionarios del Hogar Sarandí y los trágicos efectos aparejados propiciaron que familiares de los usuarios y la dirección de esa institución presentaran una denuncia contra el MSP ante la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH).
En un fallo de setiembre, la INDDHH concluyó que el MSP “no garantizó el derecho a la salud” de las personas residentes en el Hogar Sarandí.
Al ser consultado por los legisladores sobre las razones por las cuales los internos del Hogar Sarandí no fueron vacunados en paralelo a los residentes de los Elepem, Salinas dijo que la población del instituto coloniense “estaba priorizada”, pero “en un orden de prelación por debajo de los Elepem”, porque “7 % de la población del Hogar Sarandí era mayor de 65 años, por lo que 93 % era menor. “Además allí no había hacinamiento, sino lugares amplios y parques”, argumentó.
El ministro de Salud defendió la gestión del gobierno en la implementación de la vacunación y cuestionó aspectos del funcionamiento del Hogar Sarandí, donde “no había respeto por el distanciamiento físico social, o no se invitaba al personal de salud a vacunarse”.
“En general, se trataba de un lugar con un trato muy cordial y familiar, y en el que había un gran vínculo entre los residentes y los funcionarios, lo que generaba cierta proximidad y empatía entre los empleados y las personas que residían en el lugar; eso llevaba a que se diera una interacción humana intensa, lo que dificultaba la cuarentena y la concreción de las acciones preventivas”, señaló.
Salinas descartó que haya existido “discriminación” hacia la población del Hogar Sarandí a la hora de implementar la vacunación, aunque admitió que “quizá hubo algún error de comunicación por parte de la Dirección Departamental de Salud a nivel funcionarial omitiendo lo que era el plan de vacunación”.
Apuntando al territorio
Durante la reunión en el Parlamento, el diputado coloniense del Frente Amplio (FA) Nicolás Viera lamentó que la directora departamental de Salud de Colonia, Alejandra Torres, no haya asistido al encuentro a pesar de que su presencia estaba confirmada: “Ella fue una protagonista principal de todo este proceso, y hoy tendrá sus motivos, pero no vino, lo cual para mí es un hecho significativo”.
Viera consideró que “la responsabilidad del ministerio, en primer término, está en el territorio”. En su opinión, “ese error” que el ministro Salinas “dice que fue comunicacional, de personas que quizás desconocieron el plan de vacunación”, en realidad “fue comunicado” al Hogar Sarandí por la Dirección Departamental de Salud de Colonia que encabeza Torres.
“Ahora es muy difícil trasladarles la responsabilidad a los familiares, a los trabajadores y a la dirección del hogar. En perspectiva, con los hechos ya ocurridos, estamos hablando de que los errores comunicacionales se cobraron vidas, porque hubo cinco fallecidos”, argumentó Viera.
Por su parte, la legisladora coloniense del Partido Colorado (PC) Nibia Reisch, quien preside la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, sostuvo que “nunca hubo intención por parte de las autoridades sanitarias de discriminar a esta institución y mucho menos a quienes allí viven [por el Hogar Sarandí]”, aunque reconoció que “sí hubo fallas en la gestión a nivel departamental”.
“Existieron marchas y contramarchas, y errores en la trasmisión de la información y de los datos. Eso es real y generó confusión y expectativas. Se generaron una cantidad de cosas”, dijo Reisch.
La diputada calificó a Torres como “muy buena persona y muy buena profesional”. “Pero a veces se puede ser buena persona y buena profesional y tener deficiencias en la gestión. Creo que acá existieron deficiencias; al día de hoy existen algunas deficiencias de gestión por parte de la directora Departamental de Salud”, insistió la diputada colorada.