De acuerdo al planillado de cursos previstos para 2022 por UTU, se reducirán 419 horas de clases semanales en los diferentes centros educativos que ese subsistema posee en el departamento de Colonia comparado con 2021, explicó a la diaria el dirigente de la Asociación de Funcionarios de UTU Guillermo Chevalier.

La mayor parte de esas horas corresponden a grupos de Formación Básica Profesional (FPB), a los cuales asisten jóvenes que dejaron de concurrir a los cursos de ciclo básico. “El recorte se focaliza en quienes más lo necesitan, porque los FPB están pensados para personas que no pudieron sostener la continuidad en el ciclo básico y que se desvincularon del sistema”. Los FPB se implementaron en 2007 para “intentar retener a los estudiantes en el sistema y darles una formación para el mercado laboral, con un peso importante en la formación en talleres”.

El recorte equivale a la carga horaria que poseen diez grupos, lo cual afectaría a cerca de 250 estudiantes. Chevalier aclaró que ese planillado “no está cerrado, y en febrero podría reducirse el recorte de horas en caso de que aparezcan algunas condiciones que lleven a las autoridades a cambiar la decisión.

El recorte de horas de FPB previsto para el año entrante “continúa la tendencia que se inició con el actual gobierno de la educación; el foco del recorte está puesto ahí”, dijo Chevalier. Según el dirigente de Afutu, las autoridades educativas dicen que los FPB “son una propuesta educativa cara, porque tienen una visión economicista”. “El criterio sigue siendo abaratar la propuesta educativa”, subrayó.

Chevalier destacó que las protestas desarrolladas por los sindicatos de la educación, así como la opinión del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) para mantener los FPB, provocaron que “las autoridades de UTU optaran por reformular la propuesta educativa de los mismos” en vez de eliminarlos.

Según el gremialista, los recortes de horas en algunas propuestas de UTU se enmarcan en un programa de reducción del presupuesto destinado a la educación, que al final del quinquenio tendría una reducción equivalente a 1% del producto interno bruto, “tras haber vivido un proceso ascendente de la inversión en educación en años anteriores”, y agregó que se observa “un deterioro importantísimo en las condiciones de trabajo, con una carga acentuada en el trabajo de los docentes en paralelo a la pérdida salarial”.

Finalmente, Chevalier expresó que los docentes realizan esos reclamos “en un contexto de lucha” de cara al referéndum de marzo de 2022 convocado para derogar 135 artículos de la ley de urgente consideración, “para que se reviertan decisiones que afectan al sistema educativo y a su gobernanza, entre otros aspectos” que contiene esa norma.