A lo largo de los últimos años, los operarios del frigorífico Rondatel de Rosario han atravesado varias situaciones de inestabilidad y falta de continuidad laboral. En 2021 la empresa, que pertenece a capitales chinos, fue suspendida por el gobierno de China, adonde envía casi toda su producción, por incumplimientos sanitarios. Esa pena duró más de un año.

A menos de un año de la reapertura tras la suspensión, el 11 de julio de 2023 el frigorífico canceló nuevamente sus actividades, dejando a 250 personas sin empleo. En esta oportunidad, el motivo del cierre respondió “a razones económicas”, como la “falta de liquidez” de la empresa, que originó problemas a la hora de comprar ganado para las faenas, según informaron fuentes sindicales a la diaria.

Desde entonces, los trabajadores han realizado múltiples gestiones para reclamar la reapertura de la planta industrial, así como para gestionar los seguros de desempleo, un trámite que, por distintos motivos, no ha sido de fácil concreción.. En la misma situación se encuentran los trabajadores de la planta frigorífica Lorsinal, de Canelones, que pertenece al mismo grupo empresarial.

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Javier Martínez, referente del sindicato de obreros del frigorífico rosarino, comentó a la diaria que “hace tres meses que cerró el frigorífico y la situación sigue incambiada: seguimos esperando que se reactive la fuente de trabajo, pero no llega el dinero desde China y no se pueden pagar las cuentas atrasadas”, mientras que “las promesas de arrancar a trabajar se patean para adelante”.

“En agosto nos dijeron que empezaríamos a trabajar en setiembre, en setiembre nos dijeron que comenzaríamos en octubre, y ahora dicen que empezaremos en noviembre”, comentó resignado, y agregó que “así venimos mes a mes, con la esperanza de arrancar el próximo, pero así se va postergando esa posibilidad”.

Para que la empresa retome su funcionamiento será necesario que los propietarios se hagan cargo de las deudas millonarias impagas con los vendedores de ganado, cosa que no han hecho hasta el momento. “Es una situación complicada, porque los representantes de la empresa dicen que se harán cargo de esas deudas y que volverán a trabajar, pero no lo hacen y tampoco están dispuestos a vender el frigorífico”, dijo el dirigente gremial. “Es una planta frigorífica chica, pero tiene muy buenas condiciones para trabajar si alguien con el capital suficiente y con conocimientos se animara a invertir en ella”, destacó. Para Martínez, “más allá de que se trate de una situación entre privados” que impide la continuidad de las faenas, “el gobierno debería intervenir en esta situación”.

En esa línea, el jueves 19, a las 11.00, los operarios del frigorífico Rondatel se movilizarán en la ruta 1, a la altura de la radial de Rosario, “para hacer un enlentecimiento del tránsito y repartir volantes que den cuenta de esta situación”, adelantó Martínez. “Si el gobierno no insiste con este tema, si no presiona ante estos capitales para que reabran la empresa, seguirán haciendo lo que quieran de por vida, y así no se puede seguir”, reclamó el dirigente cárnico.