A comienzos de 2017, la industria papelera Fanapel anunció el cierre de la planta industrial que funcionaba en Juan Lacaze desde 1898. La clausura de la actividad productiva dejó a cientos de personas en la incertidumbre laboral y una enorme estructura fabril que vertiginosamente fue ganada por la decrepitud debido a la falta de mantenimiento y al accionar vandálico de personas que rescataron todo tipo de materiales metálicos que allí se encontraban a disposición y con escasa vigilancia.

Además, a unos 200 metros de ese lugar en el centro de la ciudad, en un enorme tanque cilíndrico ubicado en la antigua planta de la extextil Campomar y Soulas, devenida un parque industrial, propiedad de la Intendencia de Colonia, se encuentran alojados miles de litros de compuestos químicos que fueron generados en la producción de celulosa de eucaliptos que realizaba Fanapel.

Se trata del denominado licor negro, que surge de la combinación del licor blanco que se utiliza para obtener la celulosa de la madera del eucalipto y de restos órganicos. A principios de este siglo Fanapel había arrendado ese tanque para depositar el licor negro que posteriormente era reutilizado en la producción de energía.

Mientras estuvo activa la producción de celulosa por parte de Fanapel, la circulación de licor negro en ese lugar era constante, según explicaron antiguos trabajadores de la industria papelera a la diaria. Sin embargo, tras el cierre de esa empresa, esa mezcla química permanece en ese lugar sin ningún tipo de mantenimiento.

En la sesión de la Junta Departamental de Colonia realizada el viernes 20, el plenario aprobó una iniciativa presentada por el edil frenteamplista Carlos Fernández tendiente a “procurar las soluciones para darle otro destino final” a ese producto. “Le solicitamos a la Intendencia de Colonia, que es propietaria del Parque Industrial, que procure darle otro destino al licor negro, ante un posible derrame o fuga de ese material químico que podría generar un daño ambiental importante si llegara al Río de la Plata a través del sistema de desagües”, comentó Fernández a la diaria. El edil dijo que la estructura metálica donde está depositado el licor negro “tiene muchos años, y que sus paredes no fueron soldadas, sino que están unidas por remaches” que podrían “ser corroídos por los químicos y por el paso del tiempo”.

En relación a cuál podría ser el destino final de esos restos químicos, Fernández dijo que “quizás las autoridades de la intendencia podrían hacer consultas a Montes del Plata, que utiliza el licor negro para la producción de energía”.

Por su parte, extrabajadores de la vieja planta de celulosa kraft de Fanapel explicaron que “después de siete años sin mantenimiento” resulta “casi imposible que ese licor negro pueda ser reutilizado en la producción de energía, porque ya fueron alteradas sus propiedades”. “Si hubiera mantenimiento de esa estructura metálica y si no existiera ninguna actividad de sabotaje, el licor negro podría conservarse en ese lugar sin riesgos de provocar derrames al río”, añadieron.

En tanto, el edil Fernández reclamó “que la intendencia actúe en este caso, atendiendo las distintas posibilidades para evitar un riesgo ambiental”.