Ya lejos quedaron las colchonetas de yoga y la oficina en Casavalle; hoy están los adeudos, los recortes y la falta de orientación e iniciativa para proponer.
Uruguay necesita muchas cosas, pero no estas Fuerzas Armadas que en unos años (2028) cumplirán 200 años como institución. No sé si una refundación en su bicentenario es posible, pero estoy convencido de que es necesario.