Es muy revelador el hecho que la mayoría de los bebés nacen en familias pobres, y que los sectores de la población más vulnerables son la infancia y la adolescencia.
Vemos en Uruguay una tendencia sostenida hacia ese camino peligroso de desarticulación de lo público y de las instituciones que lo sostienen. Los ataques reiterados a la institución jurídica son alarmantes.
Últimamente asistimos a un cambio sustancial en el reconocimiento y respeto por las ideas que alentaron e hicieron posibles los regímenes democráticos.