Existe preocupación entre los sindicatos del sector interdepartamental del transporte de pasajeros por la situación de “rigidez” en la negociación con las empresas para encontrar soluciones a las consecuencias de la emergencia sanitaria y para establecer un protocolo consensuado para aplicar en el paulatino incremento de la actividad, las frecuencias y la venta de boletos.
Juan Arellano, dirigente del sector interdepartamental de la Unión Nacional de Obreros y Trabajadores del Transporte (UNOTT), explicó a la diaria que cuando comenzó la emergencia sanitaria propusieron generar un ámbito tripartito para “ver cómo íbamos a ir al seguro de paro”, y mientras discutían el asunto con dos empresas (Cita y Agencia Central) “las demás empezaron a mandar a seguro de paro a lo loco, sin decirles a los trabajadores por cuánto tiempo”.
Por otra parte, cuando el Poder Ejecutivo exhortó al uso de tapabocas, guantes y alcohol en gel, fue el sindicato “el que tuvo que salir a comprar” esos implementos para los trabajadores “porque las empresas no querían gastar”. “Hoy todavía hay empresas que no quieren dar nada. Dicen que no tienen obligación. Todo eso ha llevado a la desesperación de la gente, de los mismos trabajadores”, añadió.
Según el dirigente, el protocolo que se activó para el sector se hizo a pedido de la UNOTT y fue elaborado entre el sindicato y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), y luego puesto a consideración del Ministerio de Salud Pública (MSP). Las firmas, nucleadas en la Asociación Nacional de Empresas de Transporte Carretero por Autobús, por su parte, sólo le pidieron al MTOP poder reducir las frecuencias, debido a la baja abrupta de la cantidad de pasajeros.
Pero ahora, poco a poco, las frecuencias comenzaron a aumentarse, quizá no tanto como la cantidad de pasajeros. Este es otro tema que preocupa al sindicato. “Tenemos denuncias de la gente, porque ahora que empezaron a viajar más personas, se viaja con gente parada y para nosotros eso no es protección para la pandemia. En algunas empresas están llevando hasta diez personas paradas. Es una locura, teniendo en cuenta que estamos diciendo que debe haber un metro y medio de distancia entre las personas”, sostuvo.
Arellano recordó que se trata de unidades “totalmente cerradas”, con aire acondicionado, que no se pueden ventilar mientras viajan. Además, denunció la situación de empresas en las que los choferes viajan sin guarda y tienen que encargarse de conducir, vender los boletos, cargar y bajar las encomiendas de la bodega, y llenar una planilla, por orden del MSP, con nombre, cédula de identidad y teléfono de cada pasajero.
Arellano espera que se pueda avanzar en los ámbitos de negociación colectiva en la búsqueda de soluciones, ya que además de gran cantidad de trabajadores en seguro de paro, ahora se suma que algunas empresas plantearon que no podrán pagar el medio aguinaldo de junio.
Un caso de covid-19
No todos los impactos de la emergencia sanitaria fueron negativos en materia comercial. Mientras las frecuencias de ómnibus se redujeron a un mínimo histórico porque no había pasajeros, los envíos de paquetes se dispararon. Esto llevó a que la actividad en el nivel encomiendas de la terminal Tres Cruces fuera mucho mayor que antes del 13 de marzo. El secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Agencia Central y Otros, Gonzalo de los Santos, informó que hubo entre 50% y 70% de incremento del envío de encomiendas, y que el personal de la empresa de ese sector “no se tocó”, en referencia a los envíos a seguro de paro en los sectores “carretera y agencias”. En particular, esta empresa ofrece un servicio de envíos de “domicilio a domicilio”, que se incrementó también 70%.
Consultado sobre el caso de una funcionaria de la firma que dio positivo de covid-19, el dirigente explicó que hubo un correcto cumplimiento de los protocolos. La funcionaria se desempeña en un entrepiso de la terminal Tres Cruces donde trabajan ocho telefonistas y dos ejecutivas de cuentas. Según De los Santos, la trabajadora se certificó “por una laringitis” el sábado 2 de mayo y desde ese día no concurrió al lugar de trabajo. Durante la semana pasada se le hizo un hisopado y el viernes 8 tuvo resultado positivo. La funcionaria, afiliada al sindicato, avisó de inmediato a la organización y a la empresa. Se hizo intervenir a la Comisión Bipartita de Salud y Seguridad Laboral y se comenzó aplicar el protocolo acordado.
De los Santos indicó que las funcionarias que trabajan en el entrepiso continuarán trabajando en la modalidad de teletrabajo, desde sus domicilios. Además, se ordenó fumigar el lugar y “se impidió el acceso”. “Hubo cierto nerviosismo durante el fin de semana porque la compañera pasaba por determinados sectores para llegar hasta el lugar, entonces se produjo un caos. Todos estamos preocupados, pero hasta este miércoles ninguna de sus compañeras presentaba síntomas”, concluyó.