Por poco, realmente muy poquito, el canadiense Ben Gaudet no entró en el Libro Guinness de los Récords. Con apenas 13 años, Gaudet protagonizó, guionó, filmó y editó Blew, una película gore de bajo presupuesto que terminó siendo editada por una distribuidora profesional.
Desde su casa y con apenas una inversión de 60 dólares que juntó ahorrando y gracias a algunas donaciones de su familia, este self made kid entró de costado en los anales del cine: se convirtió en el realizador más joven en filmar una película durante la pandemia del coronavirus. Y, por poco, realmente muy poquito, no alcanza el récord de Kishan Shrikanth, un niño indio de 12 años considerado el cineasta más joven de la historia.
“La película es sobre un chico que prueba una nueva droga llamada Blew, que le provoca visiones en las que se suicida y en las que mata a otras versiones de sí mismo”, dice Ben, desde su casa en Canadá. “También aparece una figura misteriosa que lo incita a enloquecer y a comenzar una matanza”, continúa el joven. Ben vive con sus padres y Otis, un perro pug ciego y sordo. En su cuarto se yergue una colección de más de 150 DVD de horror, gore, splatter y todo tipo de géneros sangrientos. ¿Qué dice su familia de esta terrormanía? “Les da asco todo lo relacionado al gore, pero no les importa demasiado que yo lo vea”, bromea el niño.
Si bien, dice, no tiene idea de dónde salió la historia de Blew, el joven de 13 años es todo un experto en cine de género. Su director favorito no es Joe Dante ni John Carpenter, ni se relame por el cine de la Hammer Films: no, él es fanático de Mark Polonia, un prolífico cineasta estadounidense, autor de basuras divertidas como Land Shark, Saurians y Empires of the Apes. De hecho, el niño se obsesionó con películas de bajo presupuesto como Bone Sickness, The Burning Moon, The Tape of Karma, Blutwald y Splatter Farm, que usó de inspiración para Blew.
Curiosamente, a pesar de tratarse de un proyecto en el que prácticamente no se empleó dinero, Blew luce bastante bien. De nuevo, porque no es un dato menor: Ben Gaudet tiene 13 años. “Aprendí sobre efectos especiales mirando tutoriales”, desliza. Y sigue: “Estuve practicando un montón”. En Blew hay sangre, brazos cortados, tripas. Y un espíritu cinéfilo que trasciende la mera anécdota del “niño cineasta”: hay un verdadero amor por el cine. Sin embargo, en su formación no hubo videoclubes, ni festivales, ni críticos prestigiosos. “Me copé con el terror mirando videos de Youtube”, comenta este nativo digital.
¿Qué es lo que más le gusta del gore? La verdad es que no tiene idea: “Tal vez es que soy un poco morboso”, reconoce. Y, sin más, el pibe puso su morbo en acción y creación: no sólo filmó una película, sino que logró que la distribuya Shot On Video Films, un sello especializado en cine de horror. “Hace un tiempo le mandé un mensaje a Michael Bellamy, responsable de Shot On VideoFilms, para preguntarle sobre un efecto que usó en su película The Tape of Karma, y, cuando me respondió, me dijo que le había encantado Blew. Así que, cuando la publiqué, me preguntó si quería que su compañía la distribuyera”, recuerda. “Fue algo increíble”.
En su tiempo libre, mira películas, juega videogames, compone algo de música y le da duro (y fuerte) al death metal. De hecho, en la banda sonora de Blew suenan algunos temas de Skinless, Autopsy y Posthumous Regurgitation, bandas referentes del palo. Y a pesar de su aparente carácter novel al frente de su propio proyecto, esta no es la primera experiencia cinematográfica del versátil Ben. “Filmé otros cortos, pero esta es mi primera película de más de 20 minutos”, aclara.
En su próximo film (porque, como buen referente del cine B, ya está pensando en la siguiente sin disfrutar del todo de las mieles de este presente generoso), sueña con contar una fábula de corte callejero. “Espero tenerla lista para finales de agosto”, apunta. Y, de contar con presupuesto, le gustaría hacer una buena película de zombis. Mientras tanto, a pesar de su juventud, ya planea su vida alrededor del cine: “Voy a estudiar realización y en diez años también me imagino filmando”.
Por estos días, Gaudet aprovechó la cuarentena para filmar (“Ni siquiera pensé en el coronavirus, porque usé mi tiempo para hacer cosas como Blew”) y para seguir estudiando (“Me va muy bien en el liceo, aunque soy terrible en matemáticas”). La mayoría de sus amigos no vieron –ni conocen– su película, aunque su compañero, el pequeño Gage (que también es director y ya publicó Vibro, su primer film), lo acompaña en sus travesuras.
¿Qué tan lejos creés que llegará Blew?
No tengo la menor idea.
¿Vas a mostrarles este artículo a tus padres?
Probablemente sí, y estarán orgullosos.