Gustavo Salle, abogado y excandidato presidencial del Partido Verde Animalista, encabezó el sábado 20 un acto en que negó la existencia de la pandemia por coronavirus: “No es una pandemia, es una guerra liberticida”, afirmó. Unas decenas de personas, sin usar tapabocas ni respetar el distanciamiento físico, se reunieron en la rambla de Kibón, con carteles en contra de las vacunas y el uso de mascarillas.

“Vienen por nosotros, vienen por nuestros derechos, nos quieren esclavos, sojuzgados, nos quieren dominados, nos quieren entregados genéticamente a las corporaciones farmacéuticas. Y la clase política putrefacta se presta para ese plan”, aseveró Salle, quien dijo defender “la libertad, la vida y la salud”.

La periodista Patricia Madrid informó el domingo que el Ministerio del Interior (MI) había reportado el acto ante la Fiscalía. Según confirmaron fuentes del MI a la diaria, el sábado efectivos policiales se dirigieron a los organizadores y “exhortaron” a que se disolviera la manifestación. Luego se dio cuenta a la Fiscalía de Flagrancia de 12º turno, que pidió que se subieran las imágenes que hubiera al sistema de gestión de seguridad pública.

La movilización recibió múltiples cuestionamientos, entre otros, del senador del Partido Nacional Sebastián da Silva, que dijo que Salle “pasó de ser un viejo divertido a un sinvergüenza”.

En tanto, la Academia Nacional de Medicina emitió en la tarde del sábado un comunicado en el que exhorta a la población a cumplir con “el respeto estricto de las medidas no farmacológicas” de contención de la pandemia, como el uso de tapabocas, el distanciamiento, el lavado de manos y la no concurrencia a “cualquier tipo de actividad social presencial”, que son el factor “más importante en la generación del descontrol que estamos viviendo”.

Además, llama a agendarse para la vacunación, con cualquiera de las vacunas disponibles en Uruguay, porque “tienen los necesarios márgenes de seguridad y eficiencia evaluada desde los organismos internacionales y nacionales competentes”. En ese sentido, pide “desestimar las consignas emitidas contra la vacunación, basadas en teorías conspirativas no racionales o en razonamientos seudocientíficos y que instan a un comportamiento irresponsable que sólo llevará dolor a la población”.