El reciente aumento de casos de coronavirus SARS-CoV-2 en Europa y China ha encendido algunas señales de advertencia. En algunos países, en particular en Alemania, el crecimiento de positivos vino acompañado de más muertes.

Alemania llegó este lunes a tres días consecutivos de récord en contagios de Covid-19, alcanzando una media de 1.543 cada 100.000 personas en la última semana, según los datos proporcionados por el Instituto Robert Koch (RKI), la agencia gubernamental alemana responsable del control y la prevención de enfermedades.

Al tanto de esta información, el ministro de Salud germano, Karl Lauterbach, dijo a través de su cuenta de Twitter que hay signos de empeoramiento en la situación sanitaria y que esto provocará “muchas muertes”. En este sentido, reiteró el pedido, a quienes aún no lo hayan hecho, de que se vacunen. En Alemania, 75% de la población cuenta con dos dosis, pero cerca de tres millones de personas mayores de 60 años aún no se han vacunado, según informó Bloomberg.

Este aumento de los casos también puede verse como una consecuencia lógica de la reducción de las restricciones de movilidad, que comenzaron a implementarse a mediados de febrero, y de la propagación de la subvariante BA.2 de ómicron, que representa la mitad de los nuevos casos en Alemania, según informó el RKI.

En una situación más compleja que Alemania se encuentra su vecina, Austria, que según la información recogida por Our World in Data, al 12 de marzo contabilizaba una media de 4.369 casos diarios por millón de habitantes en la última semana. Utilizando la misma fuente, con esta medición y cerrando en la misma fecha, la cifra de contagios alemana es de 2.329.

El 9 de marzo, Austria rompió su propio récord de positivos diarios al detectar 47.795 nuevas infecciones en 24 horas, el mismo día en que el gobierno local anunció que dejaría en suspenso la obligatoriedad de la vacuna contra la covid-19.

Por otro lado, Reino Unido, donde se eliminó la cuarentena obligatoria para los positivos de SARS-CoV-2 a principios de marzo, está experimentando un nuevo repunte de los casos, llegando a 868 diarios por millón de habitantes en la última semana.

El caso chino

En China, donde también se ha experimentado un aumento en la positividad del SARS-CoV-2, se ha resuelto retomar el confinamiento en algunas áreas. La principal es la ciudad de Shenzhen, ubicada en el sureste. En el pilar tecnológico del país, que conecta China continental con Hong Kong, el gobierno resolvió confinar a sus 17 millones de habitantes hasta el 20 de marzo.

Los habitantes de la ciudad, donde se encuentran las sedes de gigantes globales de la tecnología como Huawei o Tencent, se están sometiendo a una serie de tests ordenados por las autoridades para comprobar su situación sanitaria y evitar un contagio masivo.

En paralelo, también se confinó a los nueve millones de habitantes de Changchun, en el este, al tiempo que en Shanghái se restringió la movilidad fuera de las áreas urbanas; y en los complejos Jianwai Soho y Fulicheng D, de Pekín, se impusieron nuevas cuarentenas, según indicó la agencia AP.

China alcanzó la cifra más alta de nuevos casos diarios desde la primera mitad de 2020, al llegar el sábado a 1.938 nuevos positivos y otros 1.455 asintomáticos en el área continental, según las cifras oficiales.

Deltacron

El pasado domingo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó la existencia de la variante deltacron, producto de una mezcla de ómicron y delta, aunque no ha detectado cambios en la epidemiología ni en su gravedad.

Si bien algunos especialistas en Europa ya venían hablando del hallazgo de esta variante desde enero, recién el fin de semana pasado hubo una confirmación oficial por parte de la OMS rechazando la hipótesis inicial de que se había producido una contaminación durante un proceso de secuenciación.

Los síntomas de esta nueva variante son fiebre, dolor de cabeza, dolor de garganta, fatiga, dolor muscular y fluido nasal.

Deltacron fue detectada por primera vez en Francia y posteriormente se detectó su presencia en Dinamarca y Países Bajos. De todos modos, la cantidad de casos sigue siendo “muy baja”, según la OMS, y no parece que vaya a convertirse en una variante predominante.