El Espacio de Educación Inclusiva de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la Universidad de la República cumple seis años y organizó para hoy su tercera Jornada de Educación Inclusiva. Fue creado para dar respuestas a las necesidades de los estudiantes con discapacidad que llegan a la facultad, una tendencia que va en aumento. “Por suerte, cada vez llegan más; cada vez son más los gurises que salen de secundaria y quieren ingresar a la Universidad, porque ahora sí lo ven dentro del campo de lo posible, mientras que antes no era una opción”, comentó María Ortega, responsable del Espacio de Educación Inclusiva, que integra la Unidad de Asesoramiento y Evaluación de la facultad.

Cuando se acerca al espacio un estudiante en situación de discapacidad, Ortega le hace una entrevista y a partir de las necesidades que surjan se construyen junto con el alumno las estrategias para proponer a los profesores. “A todos los docentes que va a tener les escribimos un correo electrónico para que sepan que este estudiante se anotó en su materia, y a partir de allí generamos un intercambio con ellos, porque un docente no tiene por qué saber, por ejemplo, qué significa ser sordo, no tiene por qué que saber que va a haber un intérprete en su clase, que no puede hablar mientras escribe en el pizarrón o que lo mejor es que le hable al estudiante y no a su intérprete”, graficó Ortega.

“El sentido de las jornadas es analizar desde dónde pensás la inclusión. Por ejemplo, un estudiante ciego en Ciencias Sociales, ¿cómo lee a Karl Marx? Tenés que trabajar por la adaptación de los materiales para que pueda acceder al contenido teórico, entonces trabajamos mucho con la biblioteca, para tener en una computadora un documento de Word que pueda tomar el lector de pantalla”, explicó Ortega, que asegura que “hay que generar sensibilidad para diseñar estrategias desde el vamos, tomando en cuenta que hay una heterogeneidad de estudiantes que llegan a la Universidad a los que hay que darles una respuesta”.

Para Ortega, al entender las distintas adaptaciones que es necesario hacer para que los estudiantes con discapacidad tengan acceso a la educación, “te parás desde una forma distinta de ver el mundo”. “La educación es un derecho, y los estudiantes no son todos iguales, no aprenden de la misma manera ni hablan de la misma manera. La Universidad está hecha para un perfil que no es real: el que no falta, el que lee todos los días, el que hace la carrera en cuatro años; hoy entre los estudiantes hay madres solteras, trabajadores, estudiantes con discapacidad: esa es la democratización de la Universidad”, afirmó. Ortega reconoce que para lograr que el acceso sea efectivo es necesario “mover las cabezas”, y que los enfoques solos no bastan: “Podés darle al docente todas las estrategias, pero si él se para en la clase y ve al estudiante [con discapacidad] como un pobrecito o como una persona que no va a poder, ese posicionamiento ya trunca el proceso”, aseguró.

La actividad de hoy, que se extenderá de 17.00 a 20.00, girará sobre estrategias de abordaje para estudiantes en situación de discapacidad. Incluirá una mesa con representantes de la Red Temática de Discapacidad, de Bienestar Universitario, del Grupo de Estudios sobre Discapacidad y de la Fundación Bensadoun Laurent (estas dos últimas organizaciones son, junto con el Espacio de Educación Inclusiva de la FCS, las organizadoras de la jornada). Otra mesa, con docentes y estudiantes, propondrá intercambiar experiencias entre las facultades, en las que existen distintas perspectivas del asunto: participarán representantes de las facultades de Psicología, de Química, de Ciencias Económicas y de Administración, y del Instituto Superior de Educación Física (ISEF). Ortega mencionó la perspectiva con que se aborda el tema en el ISEF: “Te cambia la cabeza desde cero, porque deben pensar, por ejemplo, en un profesor de Educación Física en silla de ruedas”.