En la historia moderna, asociar al gato con el consumo de atún parece algo natural, hasta obvio, pero los gatos en realidad no están adaptados para pescar. Difícilmente estos animales conocieran el gusto de cualquier derivado del mar si no fuera por los seres humanos.
Con el desarrollo de ciudades alrededor de puertos que permitían el ingreso y egreso de personas, el intercambio de alimentos y productos comerciales, los gatos dejaron de ser los ahuyentaplagas de los galpones de cereales y pasaron a ser los encargados de mantener a raya todo tipo de bicho en la ciudad, en los puertos y también dentro de las embarcaciones.
Fuera de la biblioteca Mitchell, en Sídney (Australia), existen evidencias del papel preponderante que tenía el gato en el mundo náutico. Tras la estatua de Matthew Flinders, un connotado navegante y cartógrafo inglés que ayudó a mapear Australia y fue uno de los encargados de reemplazar el nombre Nueva Holanda, hay otra, más pequeña, de bronce, que homenajea al gato Trim.
De color negro, con patas, pecho y mentón blancos, este felino integró las tripulaciones que ayudaron a conocer la geografía del planeta tal y como es hoy. En 1797 el barco HMS Reliance navegaba desde el cabo de Buena Esperanza, África, hacia Botany Bay, Australia. Durante el viaje, una de las gatas que hospedaba el navío dio a luz varios gatitos, entre los que se encontraba Trim. La predilección del capitán y la tripulación por el felino se debió a un evento casi fatal: tras caer por la borda en mar abierto, el gatito comenzó a nadar hacia la embarcación hasta alcanzar una cuerda que lo depositaría nuevamente en la cubierta.
Tal fue el asombro de los hombres, que tiempo después Flinders escribió: “Estaba lejos de ser una desgracia; aprendió a nadar y a no temer el agua; y cuando le arrojaron una cuerda, la agarró como un hombre y la subió corriendo como un gato”. En 1801 el capitán asumió el mando del HMS Investigator y junto a su gato completó la primera circunnavegación del territorio australiano. Más adelante, cuando el explorador y su mascota regresaban a Inglaterra como pasajeros del HMS Porpoise, sobrevivieron a un naufragio y tiempo después se le otorgó al celebré capitán el comando del HMS Cumberland, otro barco inglés.
Luego de una parada en la isla Mauricio, en el océano Índico, para hacer reparaciones, tanto el capitán como su gato fueron apresados por los franceses, quienes en ese momento controlaban la isla. La guerra entre Reino Unido y Francia había comenzado recientemente, pero Flinders confiaba en que la causa científica de sus misiones prevaleciera a lo bélico y así, obtener un pase libre para alcanzar Inglaterra. Lamentablemente, eso no ocurrió: se lo juzgó como espía enemigo y fue encarcelado allí mismo, junto a Trim.
Según relatos del cautivo, el gato “a veces se las ingeniaba para eludir la vigilancia del centinela en la puerta y así lograba hacer pequeñas excursiones temporales por el vecindario”. Pero en una de esas salidas, en 1804, nunca más regresó. El capitán supuso que había sido robado y comido por algún esclavo hambriento compañero de reclusión y no le quedó otra que lamentar la pérdida del “compañero deportivo, cariñoso y útil de mis viajes durante cuatro años”.
La estadía del cartógrafo en la isla duró unos seis años; durante ese tiempo, además de dejar constancia de sus aventuras y descubrimientos científicos, le dedicó 4.500 palabras a Trim, en un artículo que fue descubierto recién en 1971. En el manuscrito figuran muchos elogios hacia su gato. Además, Flinders le atribuía una ayuda fundamental para su trabajo, como descubrir nuevas especies.
Una vez que salieron a la luz estos escritos, a la mayoría de las estatuas en honor al inglés distribuidas por el mundo se les anexó otra del gato Trim. Eso ocurrió en Donington, Inglaterra, lugar de nacimiento de Flinders, así como en Port Lincoln y Sídney.
Junto con la estatua del gato que se encuentra en Sídney, existe una placa que lleva las primeras líneas del epitafio que Flinders le dedicó: “A la memoria de Trim, el mejor y más ilustre de su raza, el más cariñoso de los amigos, el más fiel de los sirvientes y la mejor de las criaturas. Hizo la gira por el mundo y un viaje a Australia, que circunnavegó, y fue siempre el deleite y el placer de sus compañeros de viaje”.
También en la biblioteca de Nueva Gales del Sur se habla de los dos navegantes. Allí se encuentran la mayoría de los escritos de Flinders, donde es tan popular que tienen objetos de merchandising de Trim y hasta la cafetería del lugar lleva su nombre.
En 2014 el príncipe William inauguró una estatua del famoso navegante junto a su gato en la estación de trenes de Euston, Londres.