Es “un proyecto colaborativo de reparto de cultura sobre ruedas”, una alternativa pandémica que fue creciendo con el aporte colectivo. La primera salida de un proto musimóvil ocurrió hace un año y la última fue el 3 de junio, en el Día Mundial de la Bicicleta. Es que la semana pasado les robaron todo su equipamiento y ahora buscan en redes y plataformas la forma de recuperarlo. “Estoy recorriendo cielo, mar y tierra a ver si encontramos algo. Me resisto a hablar en pasado, pero la verdad es que ya estamos pensando en el musimóvil del futuro”, dijo uno de los involucrados y conductor habitual del carromato, Pedro Brito del Pino. “Al final del recorrido del Día de la Bicicleta, antes de entrar al túnel de 8 de Octubre, no vimos un pozo grande y se partió el eje por segunda vez. Tuvimos que socorrerlo y el fin de semana me lo llevé al taller de un amigo en Ciudad de la Costa; lo teníamos en la camioneta y a la mañana siguiente ya no estaba”.
Como explican sus impulsores, este dispositivo que atraía la atención con luces y DJ a bordo, que animaba marchas y eventos callejeros, normalmente rodeado de bicicletas, “arrancó como un proyecto de fin de semana entre amigos, de juntarse a hacer algo con el tiempo libre, básicamente”. Cuenta Brito del Pino: “Tiene un precedente, que fueron varias salidas con Masa Crítica, cuando se reintegró, después del primer momento de la pandemia, allá por julio. Se venía el 24 de agosto, no había ninguna fiesta y se nos ocurrió salir con un parlante chino con batería y un carrito de bici y hacer una Fiesta de la Nostalgia sobre ruedas. Y funcionó muy bien”.
Ese fue el proceso previo. Dos meses después empezó a gestarse una idea mejorada de musimóvil. Uno aportó su triciclo Graziella de 1970, otro, con conocimiento en soldaduras, puso manos a la obra, mientras amigos y conocidos del mundo audiovisual y de organización de eventos, donaron equipos. Eduardo Roldán trató de resolver la parte estructural y así se fue armando el artefacto, un proyecto de horas libres que fueron probando y solucionando entre todos.
Era imposible no reparar en ese extraño desfile al cruzarlo por la rambla o en 18 de Julio. Pero el nacimiento oficial del musimóvil, acordado conjuntamente, fue el 25 de febrero pasado, durante la Masa Crítica Mundial, el evento masivo en defensa de la bicicleta en las ciudades. Además, recalca, Brito del Pino, fue la primera vez que salieron con el vehículo nuevo -no se rompió nada- que tuvo una comitiva de 50 bicicletas. “Siempre fue experimental, fallaba o había veces que no funcionaba bien del todo, pero era para divertirse. Siempre fue un proyecto para incrementar, para ir mejorándolo semana a semana”.
En la conducción era recomendable turnarse por lo menos entre cinco, porque los trayectos rondaban los 25 o 30 kilómetros. Se desplazaba a tracción humana aunque con eficiencia eléctrica sustentada en un motor a batería. “Apenas lo probamos nos dimos cuenta de que no íbamos a poder con él. Entonces, lo siguiente fue ponerle un motor de asistencia eléctrica, que sirve para dar una autonomía como de 15 km. Funciona en conjunto con tus piernas. Obviamente que en las subidas era fundamental, como en la calle Magallanes o en avenida Libertador, que la gente ayudaba empujando. Era copado, porque si no, no llegábamos hasta arriba”.
Hay que tener en cuenta que el dispositivo pesaba aproximadamente 95 kilos y que a eso había que sumarle el conductor y el DJ, que iban sentados espalda contra espalda. Primero usaron una batería de auto, que luego cambiaron por una de litio, lo que bajó el kilaje a una cuarta parte.
Dado que el musimóvil desapareció, ya están imaginando cómo armar su sucesor y en www.musimovil.com están abiertos al crowdfunding, esto es, a recibir colaboraciones. Brito del Pino espera que el próximo musimóvil quede más cómodo y que, en base al aprendizaje, sufra menos accidentes.