En la tarde del miércoles el colectivo Patrimonio Activo difundió imágenes de las demolición de la residencia Castellanos, ubicada en Roque Graseras esquina bulevar España. “Se trata de un excelente ejemplar de la arquitectura residencial de principios del siglo XX en Montevideo, obra de los arquitectos Boix y Terra Arocena”, señala el comunicado acerca de una obra que por su valor arquitectónico y testimonial “debió estar catalogada y debidamente protegida”, recalca. Así lo señaló Erich Schaffner, presidente de la nueva agrupación, que concentra a más de 120 socios. El consultado habló de “inoperancia” de la Intendencia de Montevideo, que aprobó las obras luego de que caducara la protección cautelar y no concluyera con los trámites para la declaración patrimonial del inmueble. “Argumentos administrativos”, agregó. Si bien la demolición es legal, reconoció, entiende que esto sucede porque nunca se le otorgó un grado de protección definitiva.

“Queda en evidencia una vez más”, continúa el comunicado, “que aún queda un largo trayecto por recorrer en lo que refiere al reconocimiento y la protección de nuestro patrimonio arquitectónico.

Solamente una pequeña porción del patrimonio arquitectónico de Montevideo está protegido actualmente mediante herramientas que aseguran parcialmente su preservación”.

“La Comisión de Pocitos, un órgano asesor de la unidad de Patrimonio de la intendencia, que a su vez depende de la Dirección de Planificación, tampoco se ha pronunciado. Así estamos, una vez más, como con Assimakos, una lista larga”, dijo Schaffner.

Más allá de sus acciones, la asociación civil apela a “un gobierno departamental comprometido con la causa. La intendencia no puede continuar ignorando una problemática que acarrea desde hace décadas y que ha dejado pérdidas irreparables para Montevideo y para la ciudadanía en los últimos años. Por eso solicitamos una vez más a la Intendencia de Montevideo que obre a favor de los intereses y el derecho de la ciudadanía a conservar este recurso que es de todos y que el país necesita. Montevideo continua perdiendo su historia y su belleza para convertirse en una ciudad anónima, sin valores que la distingan. El momento de tomar acción es ahora”, concluye.

En la presentación de su perfil de trabajo la asociación se visualiza como “articuladores de las diferentes perspectivas, públicas y privadas”, “nuclearemos a los diferentes actores” y en diálogo con los diversos sectores.

En este caso recurrieron a la IM para que promoviera una instancia de negociación con el propietario y los desarrolladores inmobiliarios para poder reformular el proyecto y que se preserven los elementos de valor, como el frente, las rejas, parte el jardín. “Una instancia -explicó Schaffner- como la que sucedió en el caso de la confitería Cantegril -con un resultado arquitectónico cuestionado por muchos-, pero creemos que se debe seguir avanzando en una línea en la que también se contemplen los intereses de la ciudadanía y se puedan formular proyectos que logren conjugar de forma armoniosa tanto la preexistencia de valor patrimonial como la nueva arquitectura”.


Convocatoria a la participación infantil

“El juego no se detiene” es un proyecto impulsado por Grupo Reactor que estudia la relación de la infancia y el espacio público, “buscando promover la inclusión de los niños en la planificación y el diseño de las ciudades”. El proceso desarrollado en la zona de las Bóvedas, en Ciudad Vieja, surge del trabajo de colaboración entre un proyecto de investigación de la Universidad de la República, el Merendero Cooperativo Las Bóvedas, y el espacio de Apoyo Educativo del merendero.

Durante la primavera en ciernes el grupo propone encuentros semanales cada sábado para “continuar diseñando y luego construir colectivamente elementos lúdicos para la plaza Larocca. Además vamos a reflexionar sobre movilidad y ecología urbana sobre un mapa del barrio donde dibujaremos nuestras percepciones y deseos”.

La cita es este 25 de setiembre de 14.00 a 17.00 en plaza Larocca (25 de Agosto y Juan Carlos Gómez).