“Chacarita prácticamente quedó bajo agua. Fue una inundación generalizada”, resume Alejandra Sánchez, referente del asentamiento. Aunque personalmente el temporal del fin de semana no la afectó tanto, describe cómo varios de sus vecinos perdieron todas sus pertenencias, desde los electrodomésticos hasta los colchones. “Han quedado con lo puesto. Ahora organizaron una olla solidaria, sobre todo para los hogares más carenciados, cosa que puedan almorzar o cenar. Estamos juntando desde ropa y colchones hasta toallas, artículos de higiene, ropa de cama y otras cosas de urgencia, como víveres secos, porque realmente es necesario”.
Según datos de Inumet, en la madrugada del lunes se registraron lluvias de entre 50 y 100 mm en Montevideo y de entre 50 y 120 mm en Canelones.
Contando los dos sectores del asentamiento ‒Chacarita de los Padres está ubicado en Rambla Costanera entre Camino Maldonado y Géminis‒, un total de 70 familias resultaron perjudicadas. “Salvo tres o cuatro casas, las demás se inundaron, y sólo algunos pudieron salvar sus pertenencias, porque el agua subió a metro y medio”, relata Sánchez. En su caso, vive en una edificación diferente, de dos pisos, construida sobre pilotes: “Mi esposo trabaja en pavimentación y tiene otra idea de cuánto se sube una casa de una calle”, explica. “Cuando la hicimos, desde cero, pensamos que si algún día pueden acomodar la calle quedaríamos nivelados. Si bien las casas están hechas de material, es material ligero, o sea, la viga es corrida en el suelo. Ese es el tema”.
Entre las 5.00 y las 7.00 se dieron las precipitaciones más intensas. El arroyo Chacarita, a pocas cuadras del lugar, se desbordó “con gran nivel de agua y corriente”, describe la vecina. Sánchez recuerda que esto ya había ocurrido en junio pasado, cuando el nivel subió pero no tanto. “Dado que están haciendo el traslado de algunos hogares, al quedar basura y cosas amontonadas en algunos predios, eso también ayudó a que el agua no se desplazara correctamente”.
Por más que la situación es precaria en muchos casos, los vecinos permanecen en el asentamiento y no quieren ir a refugios, indica Sánchez. Algunos armaron carpas o acudieron a casas de parientes, como le sucedió a su padre. “Acá hay solidaridad entre todos”, recalca; hace 30 años ella llegó de Salto y se instaló en el asentamiento, que ya tiene medio siglo. “Vine porque acá vivía una hermana de mi esposo; esto era campo y caminitos”. Entre los principales cambios que observó en este tiempo destaca las viviendas: “Logramos que las casitas tuvieran baño, conexión de agua, que fueran de material; que los vecinos, a pesar de que viven en un asentamiento, tengan educación, tengan cédula; pudimos mejorar montonazo y cambiar la ideología de algunos que vivían aquí, que eran hurgadores; pudimos cambiar esa forma de ser y pensar que podemos salir del barrio también”.
Dinorah Barrera, referente de la olla popular de Nuevo Comienzo, describe la situación allí: “Estamos a la espera de que llegue ayuda para las familias que perdieron la cabaña íntegra y se les voló todo, otras que perdieron tablas y les entró agua por todos lados. Al estar el terreno en bajada, pasó el agua de una cabaña a la otra; están sin sábanas ni frazadas, sin ropa para los niños. Sirve lo que se pueda conseguir, incluso chapas usadas”.
Nuevo Comienzo, constituido por alrededor de 140 familias, está ubicado al norte del barrio Santa Catalina, por Camino Sanfuentes, entre Dellazopa y Ferrés. La tormenta se hizo fuerte “aproximadamente a las 3.00, incluso nos tuvimos que colgar del techo, porque se nos volaba, y a las 5.00 me empezaron a caer mensajes de los vecinos. Hubo gente que se metió abajo de la cama por miedo al viento. Este temporal, así, en el barrio no se había visto. Ahora algunos están en lo de algún familiar que tenía la casa más acondicionada. Los están refugiando hasta que se puedan volver a armar”.
Barrera se mudó allí cuando se quedó sin un trabajo zafral en el hospital Pereira Rossell y no pudo seguir pagando alquiler. Como los que continúan en el asentamiento, hace dos años que está ocupando lo que en principio creyeron que eran terrenos municipales. “Estos predios hacía más de 52 años que estaban abandonados. No había cartel de propiedad privada, no estaba cercado. Esto era un monte, cada yuyo pasaba los dos metros de alto y los mismos vecinos lo fuimos limpiando. No es que rompimos para ingresar ni nada parecido”, recalca. El año pasado Barrera fue una de las personas procesadas por usurpación. “No me fui porque no tenía a dónde ir”, explica, a la espera de una solución. Le otorgaron una prórroga hasta marzo. “De diez que habíamos sido procesados en junio, quedamos tres familias”, dice.
Para ayudar
- [email protected]
- Chacarita de los Padres: 091 997 349 (no tienen locomoción)
- Nuevo Comienzo: 097 148 197
En caso de emergencia, comunicarse con la Intendencia de Montevideo a los teléfonos 1950 interno 1607 o 2487 6877.
Viaje al pasado
Como parte de la mediación lúdica para todas las edades, el Espacio de Arte Contemporáneo (Arenal Grande 1929) propone, el viernes a las 18.00, indagar en su casa y su barrio. La actividad que coordina Magela Fein se titula “Antes de los museos... cuando Miguelete era una cárcel”. El encuentro transitará los diferentes destinos que ha tenido el lugar. “Este edificio radial, fundamentado en la idea del panóptico, fue la apuesta racionalista a la creación de un sistema penitenciario, acorde a las teorías de la época. Pero ¿cumplió con su cometido?”, plantea.
Recreación para adultos mayores
La Comisión de Fomento de la Unión invita a sus Noches de Esparcimiento para personas mayores. La cita es en la sede de Joanicó 3815, esquina Cipriano Miró, donde se realizan veladas de baile orientadas al público adulto, ambientadas con orquesta en vivo. Es temprano, los viernes, de 17.00 a 22.00. Por consultas, comunicarse con el Municipio D al teléfono 1950 interno 7487.