Los empleados de Twitter tenían hasta este jueves a las 17.00 para decidir si aceptaban ser parte del “Twitter 2.0” de Elon Musk o si renunciaban, recibiendo tres meses de indemnización. Ante esta “encrucijada de caminos” que propuso el multimillonario, la salida de empleados fue masiva, inundaron la red de mensajes de despedida e hicieron tendencia el hashtag “ama donde trabajas”. Luego de saber que una importante parte de los trabajadores decidió no continuar bajo su mandato, Musk tuiteó: “Las mejores personas se quedan, así que no estoy súper preocupado”.

Ante la salida de sus empleados, Musk decidió cerrar la sede de Twitter en San Francisco, cerró el sistema que habilitaba la entrada con pases de seguridad e hizo que se negara el acceso a los trabajadores hasta el lunes. “Hola. Con efecto inmediato, cerramos temporalmente nuestros edificios de oficinas y se suspende el acceso a las tarjetas de identificación. Las oficinas volverán a abrir el lunes 21 de noviembre. Gracias por vuestra flexibilidad. Por favor, seguid cumpliendo con la política de la empresa absteniéndose de discutir información confidencial de la empresa en las redes sociales, con la prensa o en cualquier otro lugar. Esperamos trabajar con vosotros en el emocionante futuro de Twitter”, dice el mensaje que le llegó a los trabajadores, según consigna Bloomberg.

Musk mandó un formulario a todos sus empleados que decía: “En el futuro, para construir un Twitter 2.0 rompedor y tener éxito en un mundo cada vez más competitivo, tendremos que ser extremadamente duros. Esto significará trabajar muchas horas a gran intensidad. Sólo un rendimiento excepcional constituirá un aprobado”, según publicó The Washington Post.

El mensaje agregaba: “Si estás seguro de querer formar parte del nuevo Twitter, por favor, haz clic en el enlace de abajo”. Asimismo, se advertía que en caso de no hacerlo antes de las 17.00 del jueves se quedarían sin trabajo.

Esta renuncia masiva se suma a los despidos de unos 3.000 trabajadores de un total de 7.500 que hizo Musk hace dos semanas. Además de la falta de personal, Musk debe enfrentar la salida de los anunciantes, que ante la inestabilidad del negocio han interrumpido sus relaciones comerciales con la red social.

Otros problemas

Otro de los frentes que deberá gestionar el multimillonario sudafricano es la investigación que senadores de Estados Unidos pidieron a la Comisión Federal de Comercio por entender que esta salida masiva de empleados puede llegar a incumplir los compromisos regulatorios asumidos por la empresa.

“Escribimos en relación con el grave e intencionado desprecio de Twitter por la seguridad de sus usuarios y animamos a la Comisión Federal de Comercio (FTC) a investigar cualquier incumplimiento del decreto de consentimiento de Twitter u otras violaciones de nuestras leyes de protección del consumidor”, afirma la carta que encabeza Richard Blumenthal, senador por Connecticut, que consigna El País de Madrid.

En ella se hace un repaso del caos que ha acompañado el desembarco de Musk en la red social: “En las últimas semanas, el nuevo consejero delegado de Twitter, Elon Musk, ha tomado medidas alarmantes que han socavado la integridad y la seguridad de la plataforma, y ha anunciado nuevas funciones a pesar de las claras advertencias de que esos cambios serían objeto de abuso para cometer fraudes, estafas y peligrosas suplantaciones”, afirman los senadores.

Añaden que “al priorizar el aumento de los beneficios y el recorte de costes, los directivos de Twitter han despedido a personal clave, han reducido las revisiones internas de la privacidad y han obligado a los ingenieros a asumir la responsabilidad legal de los nuevos cambios, impidiendo que los directivos y el personal encargado de supervisar la seguridad y el cumplimiento legal revisen las actualizaciones del producto. Además, ejecutivos clave de Twitter responsables de la privacidad, la ciberseguridad y la integridad de la plataforma dimitieron la semana pasada, lo que pone aún más en tela de juicio si los datos personales están adecuadamente protegidos contra el mal uso o la violación mientras la empresa explora nuevos productos y estrategias de monetización”.

Además, mencionan el caótico sistema de suscripción que fue suspendido hasta el 29 de noviembre. El sistema permite obtener una cuenta verificada por unos 8 dólares mensuales, que ha provocado, entre otras cosas, que impostores se hagan pasar por jerarcas, legisladores e incluso el presidente estadounidense Joe Biden.