El sitio especializado The Verge lo llama la “cortina de hierro digital”. Se refiere a las acciones que están tomando plataformas y proveedores de internet contra Rusia, en respuesta por su invasión a Ucrania. Se trata de medidas que amenazan con dejar al país al borde del aislamiento virtual, pero, por otra parte, el país se prepara para funcionar con una “internet propia”.

En una semana, dos de las principales empresas proveedoras de redes troncales de internet a nivel global anunciaron la suspensión del servicio dentro del territorio ruso. La primera fue la estadounidense Cogent Communications, y a los pocos días la siguió una de sus principales competidoras, la también estadounidense Lumen Technologies.

“Lumen mantiene a las personas y las empresas conectadas: los servicios que brindamos afectan y facilitan casi todos los aspectos de la vida moderna. Sin embargo, la vida ha dado un giro en Rusia y Lumen no puede seguir operando en este mercado. Los servicios comerciales que brindamos allí son extremadamente pequeños y muy limitados, al igual que nuestra presencia física. Sin embargo, estamos tomando medidas para detener inmediatamente el negocio en la región”, señaló la empresa en su página web. Lumen no tiene clientes consumidores, es decir, usuarios particulares dentro del territorio ruso, sino unos pocos clientes empresariales, pero su salida marca un comportamiento que se está haciendo general.

En este sentido, la situación puede desembocar en dos problemas: que el mundo no tenga acceso digital a Rusia y que los rusos no tengan acceso al mundo. Para ambas situaciones ya se están manejando algunas alternativas.

Tras la suspensión del servicio de Twitter dentro de Rusia resuelta por el Kremlin, la empresa estadounidense lanzó el martes una forma de acceder a la red social por medio de Tor, una red de internet independiente de la World Wide Web que oculta el lugar de origen del usuario. De este modo, los usuarios rusos podrán seguir accediendo al contenido de la plataforma y publicar tuits.

A diferencia de lo que sucede en la web, la dirección URL de Twitter (twitter.com) cambia agregando letras y números, además de utilizar el dominio .onion, que se implementa en la red Tor, en lugar del .com. Este cambio también atiende a una necesidad, ya que según los datos proporcionados por Tor, más de 12% de las personas que se conectaron a la red en marzo provienen de Rusia.

En paralelo, el gobierno ruso busca dejar de depender de servicios extranjeros y por este motivo ordenó que se empiece a abandonar los hostings provenientes de otros países, se pase a utilizar servicios DNS localizados en Rusia y se utilicen las direcciones .ru, según informó el sitio local Kommersant.

En esta línea, el Kremlin ordenó que las páginas estatales dejen de utilizar recursos que provengan del extranjero, como código JavaScript, banners o contadores.

La transferencia de los sitios a territorio ruso tiene como fecha límite el viernes 11 de marzo, por lo que parece difícil que se llegue a completar todo lo solicitado por Moscú, especialmente teniendo en cuenta que, según informó el sitio especializado Genbeta, 86% de los sistemas de seguimiento que utiliza el gobierno ruso en aplicaciones móviles pertenece a empresas como Google y Meta, que son estadounidenses.

Luego del 11 de marzo, la orden del Kremlin para los sitios estatales será extendida a las empresas rusas, según informó el Ministerio de Estadística a Kommersant.

Más censura

Desde el Kremlin ven esta situación como una oportunidad para acelerar en el desarrollo de RuNet, un firewall que bloquea el acceso a determinados sitios, similar al que utiliza China. Este sistema fue probado en 2019, antes de la pandemia de covid-19, y las autoridades afirmaron que podría “asegurar el funcionamiento de internet y la red unificada de telecomunicaciones en Rusia”. Sin embargo, en 2021 se generaron problemas de conexión a los usuarios rusos de múltiples servicios en línea, presuntamente por problemas en la configuración del bloqueo de servicios VPN que se había decretado en días previos.

En las últimas semanas y en respuesta a la reacción negativa de la comunidad internacional por la invasión a Ucrania, Rusia adoptó medidas que bloquearon o restringieron servicios como Twitter, Facebook, YouTube, TikTok, Google y Amazon Web Services.