El tango “Garufa” (estrenado en 1928) fue uno de los argumentos utilizados por vecinos de La Mondiola para defender esa denominación. “Del barrio La Mondiola sos el más rana / Y te llaman Garufa por lo bacán”, dicen las primeras estrofas firmadas por Roberto Fontaina y Víctor Soliño, con música compuesta por Juan Antonio Collazo. Cuando en 2011 un grupo de integrantes de la comunidad se reunió para evitar que la especulación comercial diluyera en el olvido el origen de esas manzanas, entre otras cosas esgrimieron aquella popular frase ante la Junta Departamental de Montevideo. Aseguran que había entre esos vecinos gente que se había criado allí, incluso descendientes de las lavanderas que antiguamente iban hasta el arroyo de los Pocitos. Juntos crearon una comisión con el objetivo de recuperar la identidad barrial y fomentar el compromiso con la zona, que hace tiempo fue de arenales y casas de lata, delimitada ahora por las avenidas Rivera, Luis A de Herrera, la rambla, Manuel V Pagola, Francisco Muñoz y La Gaceta. Finalmente se decidió, con base en documentos y testimonios, la celebración de los 100 años de La Mondiola rindiendo homenaje a sus fundadores −los primeros pobladores de la zona fueron italianos, armenios, gallegos, judíos, negros y criollos− y descubrieron un monolito encargado al escultor Giorgio Carlevaro, justo en el sitio donde un siglo antes una bondiola colgada en un eucalipto dio origen al nombre del barrio.

Memoria activa

Desde entonces la comisión llevó adelante distintas iniciativas, como organizar, desde hace cinco años, el Caminatour de La Mondiola, que suele coincidir con el fin de semana del Patrimonio. También se dedicaron a colocar placas que hacen a la memoria del lugar, por ejemplo, “en hogares donde hubo hechos o personajes que marcaron el barrio”, cuenta Enrique Conde Blanco, que nació en La Coruña, pero está tan fuertemente involucrado con La Mondiola que puede detallar: “Hay una placa en las proximidades del rancho de la Troupe Ateniense donde nació el tango ‘Garufa’, hay otra en la casa donde vivió su infancia y primera adolescencia Eduardo Galeano, hay otra frente a donde estuvo la casa de Juana de Ibarbourou, otra donde hizo su gesto de dignidad Oscar Lebel, que luego fue contralmirante, el día del golpe de Estado.

Otra placa se colocó en lo que se llamó ‘El taller de los inútiles’, un garage donde ensayaba gente como los hermanos Fattoruso hasta Federico García Vigil o Chichito Cabral, y donde estaba el bar La Rana, donde iban a tomar los campeones del 50, que quedaba en la actual esquina de Pagola y Benito Blanco, ahora hay una parada; en colaboración con la gremial del taxi colocamos otra placa conmemorativa”.

Al mismo tiempo, cuenta el consultado, la comisión se encargó de reponer la placa del monumento al aguatero, que había desaparecido. “Todo eso contribuyó a configurar el recorrido del Caminatour” a modo de mojones. Otro hito de la comisión fue La Mondiola en tiempos de Garufa, una muestra realizada en 2018 en colaboración con el Centro de Fotografía de Montevideo, recorriendo la historia desde los rancheríos de principios de siglo XX, y personajes como Chilo el canilla y Pepe el lechero, hasta los fermentales años 60.

El grupo de Facebook Vivir el barrio La Mondiola, que es el mecanismo que utilizan para compartir datos y experiencias, tiene 4.200 seguidores, mientras que una veintena de vecinos son los que suelen ponerse al hombro distintos objetivos. Ahora, mientras algunos preparan los conciertos de Primavera musical, otros se concentran en solucionar el tema del local. Por “razones de pandemia”, los festejos del 110º aniversario se extendieron desde 2021, así que siguen trabajando en eso “y la gente que comparece cuando hacemos charlas o eventos nunca es poca”, apunta el vocero.

Patrimonio afectivo

Entre otras reivindicaciones, una preocupación del grupo era que no se perdiera un sitio de valor cultural para el barrio, y la alarma se desató cuando vieron un cartel de venta en un terreno histórico. Para su suerte, la semana pasada les comunicaron que la Intendencia de Montevideo formó una comisión multiprofesional sobre la preservación de la fachada del que fuera taller del escultor Edmundo Prati (1889-1970), atendiendo la solicitud de la Comisión Barrio La Mondiola.

Con una fachada de ladrillo característica de la primera mitad del siglo XX, a dos aguas y con un portón grande, a nivel arquitectónico el inmueble puede ser discutible, pero sin dudas vale por lo que allí sucedió, recalca Conde, ya que en ese lugar se fabricaron incontables piezas escultóricas que hoy están emplazadas en cruces de Uruguay y del exterior. “Por ese portón salió, por ejemplo, la estatua ecuestre de San Martín que está en Agraciada, o la de Luis Alberto de Herrera que está en la confluencia con General Flores, de allí salió el grupo escultórico Los últimos charrúas, que hizo Prati con otros dos colaboradores (Forest y Lussich). Esa casa fue visitada por el presidente argentino Arturo Frondizi, fue frecuentada por intelectuales, artistas, y allí se hicieron bustos de Artigas que están por todo el mundo.

Las historias, como salta a la vista, son incontables, y refuerzan el aura que acompaña a la vivienda construida por Edmundo Prati en la manzana de Julio César y 26 de Marzo (su hermano gemelo, Eriberto, vivía a la vuelta), que fuera un punto de reunión del barrio. “Imagínate que tuvieses aquí el galpón donde hizo sus obras Picasso: ¿lo demolerías o dejarías constancia de que allí nacieron esas obras de arte?”, cuestiona Conde Blanco. “Las personas que hoy están en los 80 recuerdan haberse asomado a ver aquellas esculturas de Prati, e incluso que el propio escultor los corriese de chiquilines”.