“La semana pasada tuvimos una primera reunión con el Ministerio de Educación y Cultura, por el tema del pan marsellés, que es uruguayo, y aunque no tenemos exactamente la fecha, estimamos que tiene un siglo de existencia. Y es un pan que existe solamente en Uruguay. Justo, a mediados de octubre, el 16, es el Día Mundial del Pan, y a raíz de eso a principios de mes, que coincide con el Día del Patrimonio, vamos a lanzar unas acciones de promoción del pan. A la Comisión del Patrimonio le interesó y vamos a iniciar gestiones para ver si se puede declarar al marsellés patrimonio inmaterial de los uruguayos”, dijo Álvaro Pena, presidente del Centro de Industriales Panaderos del Uruguay (CIPU).

“Por más que sea marsellés no es originario de Marsella”, aclara Pena. “Es uruguayo. Por cualquier lugar del país que tú vayas, este pan existe desde siempre”, recalca, aunque con la salvedad de que en campaña se utilizó históricamente más la galleta, por su tenor calórico y la grasa que permite una conservación más prolongada. El marsellés, en cambio, es más austero.

Un arco con dos secciones, un “pantalón”, como lo describen algunos, cubierto de pan rallado o harina de maíz, cumple con la definición somera de marsellés. “Tiene muchos atributos que lo pueden llevar al lugar de patrimonio. Pero esto no sucede de la noche a la mañana”, asegura Pena: no tiene materias grasas, tiene bajo contenido de sodio, no contiene azúcares, es 100% artesanal, la industria no lo puede hacer porque necesita la mano de obra. Pero es largo el camino, de entrevistas, capacitaciones y evaluaciones, hacia una declaración de ese tipo, y el proceso recién da inicio. Que el producto es noble y que tiene un vínculo genuino con la población, no hay dudas. “Le preguntás a cualquier uruguayo mayor de 40 años por el marsellés y le viene a la mente la abuela, el pan con manteca de cuando eran chiquitos, tiene todo eso”, apunta Pena.

“La panadería es un negocio que está insertado en la sociedad uruguaya de toda la vida. La primera asamblea oriental fue en una panadería. Está en la historia de Uruguay. La reunión salió por ahí y de ahí derivamos en el marsellés. Para nosotros es importante que un producto de la panadería artesanal sea reconocido como patrimonio inmaterial. Es un alimento natural, es decir, sin aditivos, sin conservantes. Y sería bueno que estuviera presente en la dieta de los niños”.

Como el año pasado, la intención es encarar, por otro lado, las celebraciones por el Día del Pan con degustaciones de panes típicos durante el fin de semana del Patrimonio y terminar con una jornada de elaboración de pan en el Mercado Agrícola (MaM). La consigna, optativa, para cada panadería, es promover al mismo tiempo el consumo de panificados con el marsellés como ejemplo.