La investigación sobre los 300 años de Montevideo, que se realiza a partir de un convenio firmado en julio del año pasado entre la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y la Intendencia de Montevideo, es una “nueva forma de entender” y contar la historia, porque su objetivo es construir el relato “desde abajo” a partir de una “reconstrucción colectiva” y una “tarea colaborativa” con la ciudadanía, dijo a la diaria el doctor en Historia por la Universidad de Buenos Aires Nicolás Duffau.
“Esta forma de trabajo, donde pasantes van a los barrios y dialogan con los vecinos, es una nueva forma de entender el rol del historiador, las investigaciones y la historia misma. Nosotros partimos de esa convicción epistémica, porque por un lado implica renovar la mirada que tenemos sobre la historia. ¿Qué quiero decir con esto? Que por lo general, popularmente, la mayor parte de las personas piensa que la historia es la política, los grandes acontecimientos, las batallas, las situaciones trascendentales que marcan a un país, a una ciudad, al mundo, y en efecto lo son, pero también hay otra forma de entender la historia que tiene que ver con la vida cotidiana, las transformaciones capilares en la sociedad, si se quiere, que se ven a partir de la cotidianeidad, es decir, a partir de distintos acontecimientos a priori no trascendentes, no relevantes, pero que nosotros les estamos dando la importancia que entendemos que se merecen”, reflexionó.
La investigación, que es coordinada por Duffau y Ana Frega, busca dotar de contenido histórico y patrimonial a la celebración, involucrando a vecinos en la revisión de memorias.
Duffau consideró que esta investigación implica resignificar el tipo de documentación que tienen los ciudadanos y es una forma también de construir la “historia desde abajo”.
“No en el sentido de quienes están abajo en la sociedad, sino de una reconstrucción colectiva, que tal vez no es la que haría un historiador, una historiadora, llamémosle de gabinete, de manera más tradicional, pero sirve para por un lado acercarse a los acontecimientos pasados y por otro lado también demostrar que un enfoque histórico de estas características, de esta naturaleza, también es posible”, afirmó Duffau, quien es profesor universitario.
Además, en esta investigación se requiere una “tarea colaborativa” con los vecinos en la búsqueda de documentación por parte de los equipos en los barrios, dijo Duffau.
“Es una búsqueda de resignificar distintos documentos históricos que tal vez cualquier vecino eventualmente los tiene y dice ‘esto no le interesa a nadie, ¿para qué tengo esto?’ Y así se han perdido millones de piezas documentales a lo largo de la historia de la humanidad. Eso no impide hacer investigación histórica, pero tiene que ver también con esa concepción de que la historia era la de los grandes acontecimientos, de los grandes hombres, y cuando digo hombres lo digo en forma deliberada, es decir, esa idea de que la historia la hacían los hombres, una concepción que por suerte ya se ha superado”, agregó.
Dos líneas
Existen dos líneas prioritarias en esta investigación. La primera se llama “Cuenta Montevideo desde tu barrio”, en la que pasantes de la Facultad de Humanidades, de las carreras de Historia, de Letras y de Antropología, trabajan en duplas en distintos barrios de Montevideo para reconstruir la historia de esas zonas de la ciudad.
“Los estudiantes realizan talleres con los vecinos y con los colectivos barriales para que se incorporen al proceso conmemorativo, para que también puedan aportar desde los barrios a una mirada más general sobre el departamento de Montevideo. Y por otro lado, lo que también buscamos con esa propuesta de Cuenta Montevideo desde tu Barrio es recuperar distintas memorias que conviven y que también hacen a la historia de Montevideo”, afirmó Duffau.
El historiador explicó que las memorias son los testimonios de los ciudadanos, fotografías o distintos documentos relacionados con la historia del barrio.
“En uno de los talleres que se realizó en el barrio de la Unión, un vecino llevó boletas de los pedidos que hacía a una confitería del bar, que los habían guardado a lo largo de los años. Eso puede servir para ver qué se comía, qué tipo de alimentación se realizaba en la zona, la importancia de esa confitería. Es decir, no estamos cerrados a ningún tipo de documento. Cuanto más documentación exista, mejor”, agregó.
La investigación comenzó el año pasado en seis barrios: Casabó, Aguada, Unión, Sayago, Cervantino y Piedras Blancas. A partir del primer semestre del 2024, se va a trabajar en otras localidades de la ciudad: Buceo, Capurro, Colón, La Blanqueada y Palermo.
En esos lugares, se realizan talleres para la reconstrucción de la historia del barrio, instancias donde los vecinos llevan documentos y los equipos de la Facultad de Humanidades y de la Intendencia los digitalizan.
La segunda línea de la investigación es la colección de 15 fascículos que se llama Nuestra Montevideo. En diciembre se publicó el primero, que trata sobre las identidades y los imaginarios en la ciudad de Montevideo.
“Los fascículos hablan sobre la economía en la ciudad, la población de Montevideo, patrimonio de la arquitectura, alimentación, el Montevideo del futuro, espectáculos públicos, entre otros. Convocamos a distintos especialistas en esas temáticas; la mayor parte de ellos está trabajando también en duplas, tratando de sintetizar en poco espacio esos distintos temas a lo largo de 300 años”, explicó Duffau.
El convenio se firmó en julio del año pasado y en agosto comenzaron los talleres con los vecinos y los equipos de los fascículos se conformaron.
Investigaciones a futuro
El objetivo de este proyecto es “abrir” la puerta para otras investigaciones, dijo el historiador.
“La idea es que sirva para que los vecinos continúen profundizando, es decir, nosotros tenemos un plazo porque estamos tratando de cubrir la mayor cantidad de barrios posible. Entonces la idea es que después las comisiones vecinales, de fomento, de cultura de los concejos vecinales y todos aquellos que se quieran arrimar, las instituciones educativas, culturales, también de los barrios y de la zona, puedan continuar con ese proceso de investigación histórica”, agregó.
El otro objetivo es encontrar miradas que permitan “resignificar lo local y lo patrimonial”, dijo Duffau.
“La vida cotidiana de los montevideanos a lo largo de la historia ha sido fundamental para entender la vida de la ciudad. Entonces todos esos aspectos son fundamentales para continuar en ese proceso de profundización, que en última instancia es buscar una mirada más plural sobre los 300 años de la ciudad. Y cuando digo más plural no me refiero sólo a resignificar los barrios, sino resignificar a diversos actores sociales que también tienen que ver con la vida, con la historia de la ciudad. Es decir, con la diversidad étnica, con la migración, con la diversidad social que convivió y que lo sigue haciendo en el Montevideo actual”, afirmó.
Asimismo, se va a presentar un libro de imágenes sobre los 300 años de la ciudad, coordinado por Ana Frega, en el que participaron especialistas, militantes sociales, alcaldes de todos los municipios de la ciudad, investigadores, músicos y distintas personalidades de la cultura, que seleccionaron cinco imágenes que consideraban representativas de Montevideo y escribieron un breve texto.
Además, la presentación del libro, que será realizada a la brevedad, va a estar acompañada de una fotogalería en el Parque Rodó, que va a conmemorar los 300 años de la ciudad.
Los fascículos de la colección Nuestra Montevideo se distribuyen en forma gratuita.
“La idea es que estén escritos además en un lenguaje coloquial, que sean fáciles de leer, que tengan imágenes, pero la intendencia tomó la decisión, y a mí me parece algo muy bueno, muy destacable, de una discusión masiva a través de la gratuidad con entregas en los distintos niveles de gobierno de la ciudad”, agregó el historiador.
Primer fascículo
La colección sobre la investigación se presentará en 14 fascículos, difundidos uno por mes, y la primera edición estuvo disponible desde diciembre de 2023.
El primer fascículo, llamado “Identidades e imaginarios en Montevideo”, fue realizado por Duffau. “La defensa de la identidad es estratégica porque su preservación nos aleja de los intentos por imponer determinadas visiones del mundo –o, dicho de otro modo, relatos hegemónicos– que anulan la pluralidad que convive en cualquier relato histórico”, argumentó Duffau en el primer fascículo.
El documento aborda temas como el centralismo de Montevideo, la idea de que la ciudad desde sus orígenes recibió a miles de personas migrantes y el papel de la capital como “principal puerto esclavista”. Además, se habla sobre los intentos por “imponer una identidad” que se basara sólo en las características de un tipo de población europea, que fueron fundamentales en la construcción de un relato nacional de un tipo de ciudadano urbano ideal que además alimentaba la identidad del país en conformación”.
“Montevideo es un momento ideal para repensar la ciudad como obra colectiva, para rediseñar sus grandes transformaciones, para problematizar el futuro y para rescatar los elementos considerados sustanciales para habitar en espacios democráticos, igualitarios, inclusivos y amables. Eso implica el desarrollo de estrategias múltiples que permitan abarcar las numerosas identidades que conviven en un mismo territorio y que construyen un imaginario con elementos en común”, reflexionó Duffau en el fascículo.
“La documentación histórica da cuenta de que el proceso fundacional inició en 1724”
Con respecto a la polémica que se generó en los medios sobre la conmemoración de los 300 años, el historiador consideró que es “una discusión estrictamente política”.
“En el terreno político no me correspondería opinar. Ahora, si me preguntás a mí en relación a la controversia, bueno, el equipo que está llevando adelante esta investigación y muchos otros historiadores e historiadoras que respondieron públicamente o debatieron sobre la fecha de conmemoración de los 300 años de la ciudad de Montevideo consideramos que esa discusión ya estaba saldada. ¿Por qué? Porque nosotros los historiadores, con lo que contamos es con evidencia histórica. Y la evidencia histórica da cuenta de que en enero de 1724 la ciudad de Montevideo inicia el proceso fundacional”, agregó.
Posteriormente, el proceso fundacional va a tener otras etapas, como el 1º de enero del año 1730, con la puesta en funcionamiento del cabildo, entre otros, explicó.
“Pero, en realidad, ya desde 1723 los portugueses están instalados en lo que hoy es la zona de la Ciudad Vieja de Montevideo. Se habla de un destacamento de entre 100 y 200 personas que, además, habían iniciado un proceso constructivo de una fortificación”, afirmó.
En enero de 1724 se inicia este proceso fundacional de lo que hoy es la jurisdicción de Montevideo, agregó.
“Cuando el hijo de Bruno Mauricio de Zabala (gobernador del Río de la Plata entre 1717 y 1734) envía el diario de su padre, que él llevaba como gobernador, lo que dice es que justamente en 1780 él entrega ese diario a 56 años de la fundación de la ciudad de Montevideo. Entonces, hay un conjunto de evidencias que dan cuenta de que 1724 es el año en el cual se inicia ese proceso fundacional. Es cierto, todas las conmemoraciones son motivo de controversia. Cualquier 25 de agosto, en el año que sea en Uruguay, discutimos si la independencia fue en agosto de 1825, en octubre de 1828, en julio de 1830, es decir, todos los países tienen controversias en torno a sus conmemoraciones. Eso no necesariamente está mal”, agregó.
“Los historiadores lo que podemos dar son argumentos, luego cada uno interpretará para entender lo que mejor le parezca. Pero vuelvo al principio, nosotros con lo que contamos es con documentación histórica. La documentación histórica, en este caso, da cuenta de ese inicio del proceso fundacional en 1724”, resaltó.