Por historia, lugares, construcciones, desarrollo, propuestas y cultura, es inevitable reconocer que Montevideo fue y es sinónimo de turismo, a nivel nacional e internacional, el que ha adquirido con el tiempo varios estilos y formatos. Y en un año especial para la ciudad, en el marco de la conmemoración de los 300 años de su fundación, la diaria realizó un recorrido por los inicios de la actividad, hasta llegar a los puntos centrales hoy.

En la Intendencia de Montevideo, quien está al frente de la División Turismo de la comuna es el licenciado Fernando Amado, que conversó con la diaria sobre el sector, las políticas, planes y propuestas que son parte del actual proyecto, tanto en el presente como para el último año de la actual gestión, que va hasta julio de 2025.

Amado resaltó el valor en materia turística de la Ciudad Vieja y todo el casco histórico de Montevideo, por su contenido arquitectónico, cultural, visual, como así también en materia gastronómica. Mencionó que hace muchos años “en Montevideo el turismo estaba concentrado en el Centro, Ciudad Vieja y parte del Prado, porque la hotelería y atracciones estaban concentradas en esas zonas”, pero con el paso del tiempo creció y se desarrollaron ofertas y opciones en los barrios de Pocitos y Punta Carretas, principalmente en hotelería y gastronomía. “Hoy, Pocitos y Punta Carretas tienen aproximadamente una cantidad similar de hoteles que Ciudad Vieja y el Centro. Eso sucedió porque pasaron a ser puntos fundamentales del espacio turístico”, dijo.

Dentro de los cambios que se sucedieron con el tiempo, destaca el turismo vinculado a eventos internacionales –congresos, foros, conversatorios o seminarios–, a los que llegan profesionales y público diverso de distintas partes del mundo. Amado indicó que gracias a estos encuentros, visitan la ciudad muchas personas, y, a la vez, se promocionan distintas áreas, tales como medicina, filosofía, arquitectura, enología, psicología comunitaria y psicoanálisis, por nombrar algunas que fueron materia de eventos este año.

Otra de las iniciativas que según el director de Turismo viene desarrollándose y potenciándose con sostenibilidad es el turismo de bodegas. “Estamos trabajando muy fuerte en esto. Es un momento en el que apostamos fuertemente por esta joya que tenemos en el Montevideo rural, en el 60% que abarca el departamento, pese a que la mayoría vive en el 40%”, describió, resaltando que “ese otro Montevideo tiene estancias, chacras con producción, y muchas de ellas se fueron convirtiendo, pasando a realizar hoy el ecoturismo”.

“Esta opción del turismo natural está en un instante de ebullición; tiene muchos visitantes que llegan desde el exterior, algunos en cruceros, que eligen la opción de conocer bodegas –actualmente unas 12– para realizar cata de vinos, tener un almuerzo, estar en compañía con visitas guiadas”, explicó el director, quien agregó que hay casos en que hay bodegas que ofrecen la posibilidad de que el turista se hospede en una habitación del establecimiento –opción muy elegida por brasileños–.

Buses turísticos

El jerarca destacó que en octubre se presentará un nuevo servicio de bus turístico, con seis ómnibus nuevos. Señaló que para que los ciudadanos puedan recorrer distintas partes de la ciudad, el boleto será subsidiado, y tendrá un costo diferente al que se ofrecerá a los turistas. Este subsidio alcanzará también a estudiantes, jubilados y pasivos.

Mencionó que Montevideo tuvo un servicio de bus turístico, pero que esa concesión con el tiempo cayó en 2020, por lo que la Intendencia realizó un nuevo llamado a licitación, que ganó Cutcsa. Dentro de tres meses, la empresa comienza a operar con sus unidades, que son eléctricas, doble piso, con 60 asientos, accesibles para personas en situación de discapacidad, y a la vez inteligentes, lo que significa que contará con una aplicación (APP) con una guía para acceder a información y detalles del recorrido y los lugares visitados.

Los circuitos son cuatro. Uno, el denominado “Central”, que tendrá un recorrido diario, y con salidas cada 40 minutos. Pasará por el Mercado Agrícola de Montevideo (MAM), Palacio Legislativo, plaza 1º de Mayo, parque Prado, terminal Tres Cruces, estadio Centenario y museo, parque Rodó, plaza Independencia, Intendencia de Montevideo y Biblioteca Nacional.

Otro circuito es el denominado “Rambla”, con circulación diaria y salidas cada 85 minutos. Recorrerá Parque Rodó, Faro de Punta Carretas, playa Pocitos, playa Malvín y el hotel Carrasco. Por su parte, el Circuito “Oeste” saldrá tres veces por semana y cada 55 minutos. En esta recorrida se podrá visitar Parque Prado, la Fortaleza del Cerro y Playa del Cerro.

El cuarto circuito es “Lecocq”, que tendrá una frecuencia de tres viajes por semana, con salidas cada 120 minutos, por las zonas de parque Prado, Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM), parque Lecocq y el pueblo Santiago Vázquez. Cada boleto tendrá la validez de todo un día, y la persona se puede bajar y recorrer un lugar en particular, y tomar el bus siguiente, y no necesariamente con la unidad a la que llegó a ese sitio. “Ayuda a mostrar el interés departamental público de la intendencia de generar en Montevideo una consolidación y apoyo de todo lo turístico”, dijo.

Una capital con historia

Alejandro Giménez Rodríguez, historiador, profesor de Historia y asesor en la Dirección Nacional de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), dialogó con la diaria sobre las diversas épocas y etapas de la actividad turística de Montevideo. Explicó que si bien el turismo ya es una “propuesta-fenómeno” más del siglo XX, hubo algunas actividades que se desarrollaron en el siglo XIX, aunque en esa época “no existía la estructura de producto que se presenta actualmente”. Sostuvo que hoy claramente el turismo es una actividad económica–productiva, que comercializa productos ofrecidos a través de diferentes formatos y sistemas. Giménez resaltó que en el siglo XIX “no se puede hablar de un turismo organizado”, y que en esas épocas había un turismo más rural, de descanso en estancias, para ciudadanos de sectores medios, algo que también se venía consolidando con la llegada de inmigrantes. En el siglo XIX, y por causas como la Guerra Grande entre 1839 y 1851, en Montevideo se daba un desplazamiento y por más de una noche, lo que era interpretado como movimiento turístico.

El docente señala que esas eran salidas de la ciudad por razones políticas, pero también sanitarias, en una época en que hubo epidemias de fiebre amarilla y cólera. El historiador agregó que después de la Revolución Industrial, en Montevideo también hay cambios en cuanto al mundo del trabajo, y eso también es motivo de que ciudadanos ingresen o salgan de la ciudad, en busca de descanso.

Destacó que en esa época “Carrasco era un balneario y no un barrio. Lo mismo que Punta Carretas, eran tomados como lugares de veraneo, y eso va a significar fundamentalmente el ingreso también de los hábitos europeos”, cuenta Giménez, y menciona como ejemplo el caso de Carrasco y del abogado Alfredo Arocena, quien viajó a Bélgica –a fines del siglo XIX–. Allí observó el movimiento y actividad en la playa Ostende, lo que despertó su idea e interés por trabajar, convertir y transformar las costas de la capital uruguaya.

Explicó que, puntualmente en 1935, desde la década de 1940 en adelante, Montevideo comienza lentamente a evolucionar en el plano turístico con la aparición de la aerolínea Primeras Líneas Uruguayas de Navegación Aérea (Pluna), y con la fundación de la empresa de transporte Onda, más el funcionamiento de la red ferroviaria, todas vías de locomoción que permiten a más ciudadanos salir y llegar a Montevideo. También influye en el crecimiento y desarrollo del sector hotelero, ampliando más la oferta de la ciudad.

Al mismo tiempo, va evolucionando otra opción que es el turismo cultural, a través de espacios como museos, el casco histórico de la Ciudad Vieja, el estadio Centenario y la Fortaleza del Cerro. Más aquí en el tiempo, tomando en consideración los últimos 50 años, Giménez explica que en 1974 se aprobó la primera ley de turismo, y que la época posdictadura marca un gran avance en el sector, ya que en 1985, cuando retorna la democracia al país, se crea el Ministerio de Turismo, bajo la primera presidencia de Julio María Sanguinetti –antes Turismo era una secretaría del Ministerio de Industria, Energía y Minería–.

En esa línea, resaltó que también después de 1985 surgió a nivel educativo la formación en turismo, algo que antes de ese año no existía. Agregó que hoy se puede estudiar la orientación en la Universidad de la República, como así también en universidades privadas, algo que ha permitido con el paso del tiempo que ciudadanos se formen y ocupen fuentes de trabajo en esa especialidad, principalmente en el sector privado –empresarios, agencias de viajes, etcétera–.

Ya en el siglo XXI, Giménez destacó el crecimiento del turismo de la mano de la ciudad, en lo que influyó el avance de la tecnología, y con ello la aparición de las redes sociales, que colaboraron a que las propuestas puedan ser más promocionadas, difundidas y comercializadas a nivel local e internacional. En ese sentido, mencionó también la importancia y progreso que ha permitido el concepto y proyección de Montevideo como “ciudad inteligente”, y que la Intendencia de Montevideo trabaje en políticas y con la participación de autoridades en encuentros internacionales con jerarcas de otras ciudades.

Fondo Destino Turístico Inteligente 300 años

Relacionado a la celebración de los 300 años de la ciudad, en diciembre pasado, la Intendencia de Montevideo lanzó el Fondo Destino Turístico Inteligente (DTI) 300 años, por un monto máximo de ocho millones de pesos. El objetivo fue favorecer la creación de empleo, la igualdad de oportunidades y el desarrollo humano del territorio de Montevideo vinculado al turismo.

Fue dirigido a emprendedores, empresas y asociaciones empresariales con personería jurídica vinculadas al sector turístico. Este fondo financió hasta 20 proyectos de un máximo de 400.000 pesos cada uno, que generaran nueva oferta o mejoraran la existente en los ejes de sostenibilidad, tecnología, innovación y accesibilidad.