Escuchar los relatos de los abuelos permite conocer sus experiencias, conectar con sus lecciones y ayuda a entender cómo era la vida en su época. Mateo Britos explicó a la diaria que su idea de escribir un libro surgió como un regalo personal para Chela, una mujer que fue fundamental durante su infancia. “Chela cuidaba a 31 niños del pueblo. Con los demás estuvo hasta que cumplieron cinco años; yo me quedé hasta los 18 años, así que siempre sentí que era mi abuela de corazón”, dijo.

Lo que empezó como un regalo especial para el Día del Abuelo rápidamente se convirtió en un proyecto destinado a que otras familias también pudieran conservar historias de sus mayores. “Siempre me gustó contar historias a través de las que me decía mi madre; sentí que conocía a mis abuelos, aunque fallecieron antes de que yo naciera. Esto me hizo pensar que, en otras familias, las historias también pueden perderse con el tiempo. Además, mi madre me comentó que le hubiese gustado preguntarle cosas a su papá pero no lo logró; entonces decidí crear el libro para mantener esas historias en papel”, detalló.

Contame, Abue es un libro de 100 preguntas que nietos y nietas pueden hacerles a sus abuelos, lo que permite mantener vivas las identidades y recuerdos familiares” y ofrece la posibilidad de “un momento especial, en el que no sólo se comparten risas y nostalgia, sino también valores y enseñanzas que te conectan aún más con tus raíces”, señaló Britos.

Acción social

Además de perseguir un fin comunicacional con el proyecto, Britos decidió que se transformara en una iniciativa comunitaria. “El 20% de lo recaudado será destinado a acciones sociales para personas mayores. Mi objetivo no es generar ingresos extras, sino hacer algo que realmente tenga un impacto”, señaló.

Cuando se propuso formular las preguntas del libro, Britos comenzó a investigar en la Intendencia de Canelones y se conectó con una psicóloga, Valentina Vanoli, especializada en personas mayores. Ella lo ayudó a adaptar las interrogantes para que fueran genéricas.

Aunque el joven tenía como objetivo publicar el volumen en junio, para el Día del Abuelo, finalmente logró hacer el lanzamiento un mes más tarde. “Comencé buscando presupuesto para 50 libros en distintas imprentas, pero luego, conversando con emprendedores y con mi jefe, surgió la idea de hacer una preventa para medir el interés antes de terminar el producto. Finalmente imprimí 100 ejemplares y me enfoqué en crear estrategias para promocionarlo en redes sociales”, detalló.

Además, estuvo participando en ferias y se acercó a instituciones de Los Cerrillos para presentar el libro/cuaderno. “Pensé en varias ideas para promocionar el proyecto, en redes sociales hice anuncios, mientras que visité instituciones locales, como el colegio Santa Isabel y la escuela 123, en Los Cerrillos. También coloqué carteles en la plaza principal y en el espacio cultural. Las personas lo compartieron y la directora de la escuela lo difundió por el canal institucional de Whatsapp”, comentó. En ese aspecto, sostuvo que la estrategia funcionó bien y en tres semanas liquidó los 100 ejemplares.

Consultado sobre el diseño de tapa, explicó que una vez que le contó a su abuela y definió el nombre, ya se imaginaba cómo sería el logo. “Pensé en la persona más pequeña de la familia, así que le escribí a la hija de un primo mío y a su esposa, Melissa, y les pregunté si Oli, que tiene tres años, sabía escribir. Melissa le escribió el nombre en un papel, y Oli lo copió. Quedó hermoso. Lo digitalicé y lo convertí en vector. Ahora tengo dos versiones: la original con marcadores y la vectorizada. Además, me encantó el color amarillo del fondo de la hoja, entonces la tapa quedó con un efecto de papel”, detalló.

Para las ilustraciones, le prestaron una tableta gráfica y las hizo él mismo: “Fue un proceso intenso, pero cuando terminé recibí muchos mensajes agradeciendo por el libro. En realidad, soy yo quien les agradece a ellos por confiar en mi trabajo. Al final, lo lindo de emprender es ver que todo el esfuerzo vale la pena”, resaltó.

Mirando hacia delante, le gustaría ver Contame, Abue disponible en centros culturales y otros espacios para que más personas puedan adquirirlo, también buscar posibles convenios para seguir expandiendo la iniciativa. A pesar de que recibió ofertas de venta de la publicación, Britos prefiere mantener el control del proyecto para preservar su esencia. “No quiero que esto se convierta en algo comercial, porque pierde su significado original. Es más que un libro; es una herramienta para que las familias mantengan vivas sus historias”, subrayó.

Por último, resaltó que es importante que los nietos hagan preguntas a sus abuelos porque, en muchos casos, las personas mayores tienen un montón de historias y experiencias que no suelen compartir. “Se las relega a espacios de cuidado, perdiendo el valor de sus vivencias”, afirmó.

“El libro es una excusa para iniciar conversaciones, ofreciendo un espacio donde los abuelos y nietos pueden conectar, más allá de las diferencias generacionales y de lenguaje. Aun cuando un niño no comprenda del todo las respuestas, estas preguntas crean momentos de unión que se valorarán más con el tiempo”, concluyó.

Para seguir la iniciativa en Instagram la cuenta es @contameabue.

Algunas de las preguntas que propone

  • ¿Cómo conseguiste tu primer trabajo?
  • ¿Qué cambios tecnológicos te han impresionado más a lo largo de tu vida?
  • ¿Cuál es el mejor consejo que recibiste de tu madre, tu padre o un referente importante para vos?
  • ¿Cuál es tu mayor esperanza para el futuro de tu familia?
  • ¿Qué te gustaría aprender en el futuro?
  • ¿Qué te gustaría haber sabido cuando eras más joven?
  • ¿Qué lugares te gustaría visitar?
  • ¿Cómo te gustaría estar en cinco años?
  • ¿Qué sueños tenías cuando eras joven y qué sueños tienes ahora?
  • ¿Qué es lo más importante que has aprendido en la vida y qué te gustaría transmitir a las futuras generaciones?