En un mercado cada vez más fragmentado, con opciones de streaming, educación, música e inteligencia artificial, lo que antes se resolvía con dos o tres plataformas hoy exige revisar precios que cambian mes a mes y asumir costos que se acumulan casi sin aviso. En ese contexto, y frente a un mapa cada vez más difícil de abarcar para el usuario promedio, los emprendedores Pedro Azambuja y Juan Etcheverry comenzaron el año pasado a desarrollar DivSub, una web app uruguaya que permite compartir de forma legal suscripciones grupales y gestionar pagos entre usuarios.

La propuesta apunta a ordenar un intercambio que ya existía -el de compartir cuentas-, pero que hasta ahora funcionaba de forma informal, expuesta a estafas, a incumplimientos y, en muchos casos, por fuera de las reglas de cada servicio. Tras un año de prueba “artesanal” y sin inversión externa, DivSub ya conecta a más de 1.100 usuarios activos.

En diálogo con la diaria, Azambuja explicó que la idea comenzó de manera “muy casera”, con una landing page donde todos los botones dirigían a Whatsapp y un excel donde registraban a cada usuario. “Con este formato llegamos a 300 usuarios, pero nos dimos cuenta de que no era escalable”, señaló. En ese sentido, decidieron cerrar la publicidad y enfocarse en una nueva versión del producto, que comenzaron a programar en enero de 2025 y lanzaron públicamente en agosto.

Una plaza saturada y costosa

El punto de partida fue observar cómo se expandió el universo de las suscripciones. “Todos lo asocian al entretenimiento, pero incluye educación, inteligencia artificial, música, herramientas de creatividad y más. Acceder a todo es carísimo y el contenido está cada vez más disperso”, explicó Etcheverry.

Además, los planes grupales permiten acceder a los mismos servicios por hasta 70% menos, lo que volvió habitual compartir cuentas entre amigos o familiares. “La gente ya compartía, pero muchas veces alguien no pagaba o quedaban desprotegidos. Nosotros venimos a formalizar y hacer seguro ese intercambio, dentro de lo que permite cada plataforma”, señaló Azambuja.

Al mismo tiempo, proliferaron mecanismos informales, muchas veces por fuera de los términos de uso o directamente en terrenos grises, como la venta de accesos por redes sociales, que suele terminar en estafas.

¿Cómo funciona?

Un usuario puede publicar una suscripción grupal de la que es titular o sumarse a un grupo ya creado. DivSub replica las condiciones oficiales de cada servicio -por ejemplo, la limitación regional de Youtube Premium-, y calcula un precio dividido entre los integrantes, al que se suma una comisión fija de un dólar mensual.

La plataforma no vende cuentas y mantiene el esquema original: la persona titular continúa pagando al proveedor, mientras DivSub recauda los aportes del resto del grupo y transfiere el monto al administrador a fin de mes. “Es como dividir gastos en un viaje”, sintetizan. El sistema, además, agrega una capa de protección y, si un usuario no recibe lo que contrató, se le reembolsa.

El salto más grande, aseguraron, fue el tecnológico. “Hoy está todo automatizado”, dijo Azambuja. La aplicación gestiona pagos, grupos, roles y el estado de cada suscripción. El equipo -por ahora, sólo ellos dos- interviene únicamente en soporte y acompañamiento, un diferencial que, dicen, los usuarios valoran especialmente.

Coincidieron en que escuchar a los usuarios fue clave, ya que lo que antes se perdía en chats de Whatsapp hoy se traduce en funcionalidades concretas: visualización de datos, estados de cada grupo, recordatorios y herramientas de seguimiento.

DivSub creció sin fondeo externo. Lo postularon a la Agencia Nacional de Investigación e Innovación en la etapa de Ideación (BIM), pero en ese momento el servicio era demasiado manual y la propuesta no fue seleccionada. “Igual seguimos trabajando con paciencia y desarrollando la tecnología de a poco. Eso nos permitió entender mejor lo que queríamos construir”, señaló Azambuja.

La comisión actual es de un dólar por suscripción mensual, un modelo simple y fácil de manejar dentro del sistema. El ticket promedio ronda los tres dólares, porque la mayoría termina sumándose a más de un servicio. “El lifetime value es alto y el churn (tasa de desgaste) es bajo. La gente se queda porque el sistema funciona y porque realmente ahorra dinero”, explicó.

Competencia y nuevos hábitos

El emprendimiento surge en un momento de reconfiguración del propio mercado. Netflix ajustó su política de uso compartido incorporando la figura del “miembro extra”, Disney sigue un camino similar y servicios como Canva, Envato o CapCut ya integran planes para equipos. “El consumo cambió tanto que las plataformas tuvieron que adaptarse. Dividir costos permite que el usuario acceda a más opciones y a las plataformas les sirve tener mayor presencia”, apuntó Etcheverry.

También señalaron que muchas personas no tienen del todo claro cómo funcionan realmente los planes grupales. “Hay desconocimiento sobre cómo se comparten legalmente esos planes. No sólo fomentamos el uso correcto, sino que explicamos qué permite cada plataforma, cuáles son las reglas, qué precios tienen y cómo se divide cada plan”, detalló Azambuja.

“Muchos llegan con desconfianza porque tuvieron malas experiencias. Después nos dicen: ‘Quedó todo impecable, recibí lo que contraté’”, contaron. Ese contraste entre la informalidad inicial y una experiencia más transparente es, según ellos, donde DivSub logró diferenciarse, incorporando incluso una dimensión pedagógica. “Explicamos cómo funcionan los planes, qué está permitido y qué no. Promovemos el uso legal y evitamos prácticas que terminan en piratería o estafas”, agregó.

Actualmente la plataforma vincula a personas y organiza pagos, pero el equipo ya mira hacia lo que viene. El sistema registra qué servicios se utilizan y de qué manera, información que en el futuro podría resultar valiosa para las empresas del sector. “A largo plazo queremos ser un puente de análisis de datos y aportar información real sobre hábitos de consumo”, afirmó Azambuja. DivSub se sostiene, por ahora, sin inversión externa y con crecimiento orgánico. Aspiran a expandirse en Latinoamérica y ampliar el equipo, pero manteniendo la combinación entre automatización y soporte humano.

En cuanto a posibles alianzas, confirmaron que están en conversaciones con otras plataformas y empresas del rubro. “La idea es ofrecer beneficios, créditos promocionales y estrategias de tráfico. Queremos profesionalizar el ecosistema”, adelantaron. A largo plazo, DivSub quiere convertirse también en un proveedor de información para las plataformas. “Como registramos qué consume cada persona, podemos aportar datos reales. No es solamente conectar usuarios, sino entender cómo se comportan”, explicó Azambuja.

El objetivo, aseguraron, es transformarse en un aliado para ordenar y gestionar suscripciones entre personas, y trabajar con las plataformas para mejorar sus productos. En esa misma hoja de ruta aparece la expansión regional. “Queremos sumar más servicios y llegar a otros países. Ese es el plan”, agregó Etcheverry.

La respuesta de los usuarios, dijeron, ha sido bastante uniforme. “Valoran la seguridad, la transparencia y la atención”, señaló Azambuja. Etcheverry coincidió: “A muchos les sorprende que funcione tan bien. Vienen de experiencias con cuentas truchas o servicios informales. En la app encuentran algo simple, claro y seguro”.