Kamikaze, de Eminem (Aftermath, disponible en Spotify). El rapero blanco más famoso y pendenciero, Eminem, sorprendió el viernes al subir –sin previo aviso– a plataformas digitales su décimo disco, Kamikaze, cuya tapa, en la que se ve la cola de un avión, es un obvio homenaje a Licensed to Ill (1986), el álbum debut de Beastie Boys. Como no podía ser de otra manera, el álbum empieza con la explosión de un avión (“The Ringer”) y luego Eminem, de 45 años, desparrama su clásica bronca con más palabras por minuto que nunca. Por supuesto, no faltan menciones al presidente Donald Trump (“agente naranja”), al que acusa de mandarle al Servicio Secreto para saber si realmente piensa lastimarlo o si está vinculado a terroristas. “Only when it comes to ink and lyricists” (“sólo cuando se trata de tinta y letristas”), contesta. Sólo en cuatro días, el tema tuvo 14 millones de reproducciones en Spotify, y pelea cuerpo a cuerpo con las canciones de Scorpion, el reciente lanzamiento del rapero del momento, el canadiense Drake, al que Enimem le da con todo en el tema que da nombre a su disco, como un buen kamikaze del hip hop; no en vano, la frase que abre el álbum es “I feel like I want to punch the world in the fucking face right now” (“siento que quiero golpear al mundo en su puta cara ahora mismo”).
>> Music from Big Pink - 50 aniversario, de The Band (Capitol, en Spotify). El legendario disco debut de The Band, que fue cultivado en el sótano de una gran casa rosada de Nueva York, en donde se grabó la también legendaria zapada con Bob Dylan que vio la luz en The Basement Tapes (1975), está cumpliendo medio siglo de su publicación, y para festejarlo acaba de reeditarse en una versión que incluye los 11 temas originales remezclados (es decir, con una nueva posición de los instrumentos en el estéreo), en los que hay una exquisita combinación de los géneros más sagrados de la música estadounidense (folk, country, rock y afines) con clásicos inmortales como “The Weight” (de Robbie Robertson), “I Shall Be Released” (de Dylan) y la versión de la lastimera balada country “Long Black Veil”. La reedición incluye seis temas extras, como tomas alternativas de “Tears of Rage” y “Lonesome Suize” y una versión del estándar de blues “Key to the Highway”.
>> Rainer Fog, de Alice in Chains (BMG, en Spotify). Guitarras podridas, ritmo denso y estribillo desgarrador. Con “The One You Know” arranca el sexto y último disco de Alice in Chains. Los oriundos de Seattle están de vuelta después del parejo The Devil Put Dinosaurs Here (2013), con diez temas en los que se despachan con lo que mejor saben hacer: hard rock con pulso metalero con muchos piques grunge, de guitarras tupidas, y las voces insistentes de Jerry Cantrell y William DuVall. Para muestra, basta con escuchar temas como “So Far Under” y “Never Fade”. Pero quizá lo más destacable del disco sea su cierre, con “All I Am”, una introspectiva power ballad marca de la casa, de más de siete minutos en los que no falta nada: “Is this all I am? / Given all I can? / Is this all I am?” (“¿es esto todo lo que soy? / ¿Di todo lo que puedo? / ¿Es esto todo lo que soy?”), dice el estirado estribillo. Cerca del final, Cantrell se manda una de esas cosas que solía haber en el rock y que a veces parecen en estado de extinción: un buen solo de guitarra, corto pero con ganas, para demostrar que todavía hay esperanza en el género. La canción termina con los inquietantes versos con los que empieza: “Cannot recognize the face before me / It’s unfamiliar” (“No puedo reconocer la cara delante de mí, / no es familiar”).
>> This is Morrisey, de Morrisey (Parlophone, en Spotify). Aunque parece haber demasiados, nunca viene mal un nuevo compilado de Morrisey como solista (The Smiths era demasiado buena como para escucharla en compilados). This is Morrisey acaba de salir en todos los formatos posibles y es conciso: 12 canciones como para tener un panorama concreto del músico inglés. No falta “Suedehead”, el primer single de su disco debut como solista, Viva Hate (1988) –en una mezcla distinta–, ni quedan afuera versiones en vivo, como las de “Satellite of Love” y “You’re the One for Me Fatty”. En una entrevista con el portal tremr.com, Morrisey confesó que fue difícil elegir las canciones para el compilado, porque muchas son “fantásticas”. “El álbum está lleno de vida, de preguntas valiosas y grandes estribillos, y es bastante juguetón. Es un catálogo muy subestimado, pero tal vez todos se sientan así con respecto a sus propias canciones”, dijo Morrissey. El compilado no podía cerrar con otra que no fuera “Everyday Is Like Sunday”, una de sus mejores canciones como solista, de aquel disco debut. 30 años después, el estribillo sigue sonando grande y hermosamente bajonero: “Everyday is like Sunday, / everyday is silent and grey”.
>> Marauder, de Interpol (Matador, en Spotify). La banda de indie rock neoyorquina Interpol acaba de lanzar su sexto álbum, Marauder, luego de cuatro años de silencio discográfico. Con canciones como la genial “The Rover”, de punteos eléctricos agudos e insistentes y bajo bombardero, y con la voz de Paul Banks que parece ambientada en la estratósfera, vuelven a mostrar su lado pospunk y de garaje totalmente pegadizo. “If You Really Love Nothing”, el tema que abre el disco, tuvo su correspondiente videoclip que vio la luz en Youtube a fines de agosto, en el que se mezcla a la banda con los actores Kristen Stewart y Finn Wittrock haciendo de las suyas. La primera estrofa de la canción arranca con unas preguntas existenciales como para romper el hielo y dejarse de pavadas: “Si realmente no amás nada, / ¿en qué futuro construiremos ilusiones? / Si realmente no amás nada, / ¿esperaremos en la gloria silenciosa? / Si realmente no amás nada, / ¿qué parte de la tradición deseás negar?”.