El 10 de abril, durante la primera noche de los Premios Bafta que entrega la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y Televisivas (también llamada Bafta), el actor Noel Clarke recibió el galardón a la Contribución Excepcional al Cine. Clarke, quien se hizo conocido por su participación en la serie Doctor Who hace más de 15 años, construyó una carrera como intérprete, guionista, director y productor.

Sin embargo, el anuncio de este reconocimiento el 29 de marzo disparó un movimiento que involucró a toda la industria audiovisual británica. Desde ese día, la organización “fue informada” de varias acusaciones de abuso verbal, intimidación y acoso sexual que tienen al actor como protagonista.

En ese momento, y luego de que el periódico The Guardian diera a conocer la situación, la Academia decidió continuar con lo planeado, por entender que no había recibido evidencia que le permitiera investigar el asunto. La entrega del premio a Clarke fue televisada y la situación llevó a varias de las supuestas víctimas a romper el silencio y dar a conocer sus experiencias en circunstancias en las que Clarke se habría comportado de modo abusivo.

La prensa mueve su ficha

The Guardian entró así en contacto con una veintena de mujeres que habían trabajado con el artista, y varias dijeron haber soportado conductas sexualmente inadecuadas, toqueteos o manoseos no deseados, y haber recibido, contra su voluntad, fotos y videos explícitos enviados por él.

Al hacerse públicas estas acusaciones, Clarke lanzó un comunicado. “Si alguna persona que haya trabajado conmigo se sintió alguna vez incómoda o siente que le falté el respeto, le pido disculpas en forma sincera. Niego vehementemente cualquier acusación de mala conducta o malos comportamientos sexuales, y tengo la intención de defenderme de esos falsos alegatos”. Siempre por intermedio de sus abogados, reconoció un único caso en el que hizo comentarios inapropiados y negó todas las demás acusaciones.

Mientras el artículo con los testimonios no se hizo público, la Academia se mantuvo en su posición con el argumento de que seguía “revisando el asunto”, pero una vez que estuvo publicado y circulando decidió “suspender en forma inmediata” tanto el galardón como la membresía de Clarke en el Bafta “hasta nuevo aviso”.

La organización, sin embargo, defendió la decisión original, y su presidenta interina, Pippa Harris, aclaró: “Si hubiéramos tenido una fracción de la información que tenía The Guardian, nunca le hubiéramos dado el premio a Noel Clarke”. La señal ITV, en tanto, suspendió la emisión del último episodio de Viewpoint, miniserie protagonizada por el actor, y Sky frenó la producción de la cuarta temporada de la serie Bulletproof, creada y protagonizada por Clarke.

Pero el coletazo más grande de esta investigación fue una carta abierta que reclama un cambio radical en la industria televisiva y cinematográfica de Reino Unido y que ya reúne las firmas de más de 1.600 personas, en su gran mayoría mujeres.

Meriel Beale, productora freelance que ha hecho campaña en contra del acoso y la intimidación, escribió un texto que critica cómo esas acciones fueron normalizadas e incluso aceptadas en la industria del entretenimiento. “Su caso [el de Clarke] no es una excepción y, asombrosamente, no es un caso extremo. Nos ha pasado a tantas de nosotras que parece normal. Nos ha pasado a muchas de nosotras, a manos de hombres en posiciones de poder en la industria, sean colegas, conductores o actores. Ha ocurrido a simple vista”.

Las historias “van desde hombres que hablan por encima de nosotras a comentarios en el lugar de trabajo sobre nuestra apariencia, hombres que discuten abiertamente lo que nos harían, mensajes privados incesantes, manoseos, intimidación y abuso sexual”.

“Se nos ha dicho ‘él es así’ o ‘deberías sentirte halagada’. Se nos pregunta ‘¿estás segura de que quieres que ese hombre pierda el trabajo?’ o ‘¿con quién te acostaste para conseguir ese trabajo?’. Nos dicen que lo tomemos ‘con calma’ o que ‘aceptemos un chiste’. Y cuando nos ponemos viejas, nos dicen que valemos menos”, escribió Beale. “Sólo queremos hacer nuestro trabajo, pero terminamos obligadas a manejar y navegar estas situaciones”.

Luego describió la situación como “una constante y aterradora cuerda floja. Estamos agotadas y estamos enojadas” por actitudes “que han sido normalizadas, pero que no son normales”. Pidió que haya más mujeres en cargos altos, “que sean tomadas en serio” para que se produzcan cambios reales. “Y necesitamos hombres que señalen los malos comportamientos”.

La carta, que siguió juntando adhesiones, finaliza diciendo: “Es tiempo de repensar la cultura de la televisión y el cine. Es tiempo de terminar con esta cultura que hace la vista gorda a los depredadores y abusadores que operan a simple vista”.

BBC en la mira

Las acusaciones más recientes contra Clarke fueron hechas por mujeres que dicen haber sido acosadas durante su trabajo en la mencionada Doctor Who, una de las series insignia de la BBC, en la que el actor trabajó entre 2005 y 2010.

A todo esto se sumó un video que se hizo viral en el que el actor comenta con humor las actitudes de su colega John Barrowman, quien varias veces expuso los genitales ante el resto de los compañeros de trabajo en esa ficción y su spin-off, Torchwood.

Consultados por The Guardian, empleados de la serie confirmaron los hechos y los definieron como de mal gusto, aunque sin implicancias de naturaleza sexual. Barrowman admitió el comportamiento, dijo que tardó en entender la molestia que causaba y remarcó que siempre lo hizo como una broma tonta.

Julie Gardner, una de las productoras ejecutivas de Doctor Who en ese período, confirmó que por entonces recibió una queja por la conducta de Barrowman y que lo reprendieron por ella. También habló con el agente del actor, con otros productores ejecutivos y con directivos de la cadena. “Les dejé en claro que conductas de ese tipo no serían toleradas”. Y aclaró que no recibió denuncias sobre Clarke. “De haberlo hecho, se habrían tomado medidas de inmediato”.

Un vocero de la BBC agregó que cualquier acusación será estudiada y pidió que víctimas o testigos de comportamientos inapropiados realicen la denuncia correspondiente. “Tenemos una política de tolerancia cero y hay mecanismos sólidos, que son revisados y actualizados regularmente, para asegurarnos de que cualquier queja o preocupación sea manejada con la mayor seriedad”.